El intenso ritmo de trabajo actual hace que en ocasiones los trabajadores se vean obligados a comer deprisa, mal o en el propio lugar de trabajo. Sin embargo, cuidar la alimentación debe ser siempre una prioridad, en especial si pensamos que los alimentos que ingerimos influyen mucho en nuestro rendimiento. Esta es la razón por la que Randstad ha puesto en común una serie de sencillos consejos para comer más sano:
- El desayuno es fundamental para arrancar bien el día, aunque mucha gente no suele dedicarle el tiempo que se merece. Los expertos en alimentación indican que un desayuno completo debe incluir frutas, lácteos e hidratos de carbono, como cereales, pan, galletas…
- Beber agua, es decir, mantenerse bien hidratado, es uno de los pilares básicos para el buen funcionamiento del organismo. Nuestro cuerpo necesita hidratarse para funcionar correctamente así que no hay que olvidar tener siempre una botella de agua cerca. Los expertos recomiendan beber uno o dos vasos de agua por la mañana, nada más levantarse y en ayunas. De esta forma, se consigue una mejor hidratación y se activan los mecanismos de limpieza del organismo.
- El té verde es una fuente natural de antioxidantes y, además, ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer, la cirrosis o el Parkinson, pues eleva los niveles de dopamina en el cerebro y reduce el cansancio.
- Durante las horas de trabajo, debe procurarse consumir regularmente pequeñas cantidades de alimento en lugar de comer todo de una vez. Así, el nivel de azúcar en la sangre variará poco, lo que permite mantenerse activo y concentrado.
- El “picoteo” es sano. Los nutricionistas nos recuerdan que es necesario comer de todo con moderación y, preferiblemente, realizar cinco ingestas diarias. En este sentido, los snacks saludables juegan un importante papel. Por ejemplo, las frutas, yogures o sándwiches, que ayudan a mantener los niveles de glucosa estables.
- Para que nuestra dieta sea apetecible, lo mejor es comer de forma variada. Cambiar los ingredientes de nuestra ensalada, traer diferentes frutas al trabajo o no desayunar lo mismo todos los días son estímulos que nos ayudan a disfrutar comiendo.
Buenos hábitos para la hora de la comida
España es un claro ejemplo de la importancia que se puede dar a la hora de la comida y a los hábitos relacionados con ella. Si bien la siesta es una tradición que se va perdiendo en favor de días laborables más cortos, todavía son muchas las empresas que optan por jornadas partidas en las que la hora de la comida puede duplicarse o triplicarse y las posibilidades de cuidar la alimentación y todo lo asociado a ella se multiplican. En esta línea, los expertos de Randstad dan los siguientes consejos para optimizar el momento de la comida:
- Utiliza la hora de la comida para “hacer un alto” en el trabajo. Establece en la agenda este momento como si se tratara de un compromiso más y no te lo saltes.
- La hora de la comida puede ser un buen momento para conocer mejor a tus compañeros de trabajo.
- Sal de la oficina. Aunque no tengas tiempo para sentarte a comer relajadamente, intenta salir fuera de tu entorno laboral. Así desconectarás mejor y te despejarás, lo que te ayudará a recobrar con fuerza de nuevo tus tareas.
- Conéctate a tus amigos. Utiliza tu tiempo libre para ponerte en contacto con tu familia, amigos… Intenta averiguar qué amigos o familiares trabajan o viven cerca de tu oficina e invítalos a quedar a la hora de la comida.
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