Un joven de 21 años y un niño de 9 murieron ayer en el norte de Egipto en unos enfrentamientos entre la policía y manifestantes que participaban en una huelga general convocada por varios grupos opositores y los trabajadores del sector textil egipcio.
Las fuentes precisaron que las víctimas fallecieron como consecuencia de los impactos de balas de goma lanzados por la policía antidisturbios contra los manifestantes en la localidad septentrional de Mahalla al Kubra, el principal centro textil del país.
Como consecuencia de los violentos choques, en los que la policía empleó también gases lacrimógenos y los manifestantes piedras, al menos 30 civiles han sido hospitalizados, con heridas de distinta gravedad o por asfixia, y más de 500 han sido detenidos.
Los trabajadores de esta industria, que ya protagonizaron protestas en 2006 y 2007, exigen un aumento de los salarios de las actuales 300 libras egipcias mensuales (54 dólares) que cobran a 1.000.
Jaled Ali, el portavoz de la organización egipcia de defensa de los Derechos Humanos Hicham Mubarak, aseguró que otras 380 personas han sido detenidas en el resto del país por intentar manifestarse, 300 de ellas en El Cairo.
En el resto del país el seguimiento de la huelga ha sido tímido entre los trabajadores aunque ha recibido una amplia respuesta en universidades y colegios, debido al masivo despliegue policial que ha abortado casi todas las expresiones de protesta.
La huelga de ayer supone un nuevo peldaño en el malestar social contra el presidente Hosni Mubarak y su Gobierno de tecnócratas, a tan sólo dos días de la celebración de las elecciones municipales, en las que las autoridades han puesto todo tipo de obstáculos para impedir que concurran los candidatos de la oposición.
La huelga contra el alza de los precios -que han crecido un 13 por ciento en 2008- fue convocada por organizaciones y partidos de oposición, pero no consiguió sumar a los Hermanos Musulmanes, la mayor asociación opositora del país, cuya implicación habría sido decisiva para movilizar a más gente.
Desde primeras horas de la mañana decenas de camiones policiales y cientos de agentes antidisturbios desplegados en las calles y sobre todo en las plazas del centro de El Cairo, pedían la documentación a cualquier persona sospechosa de tener intenciones de manifestarse e impedían a la gente detener el paso, especialmente a los grupos compuestos por más de tres personas.
Una de las pocas manifestaciones que consiguieron celebrarse fuera de Mahalla al Kubra reunió a cerca de medio millar de personas en la sede del Sindicato de Abogados, en pleno centro de la capital egipcia, donde los asistentes gritaron consignas como "abajo Mubarak" o "Mubarak ladrón", ante la mirada de un imponente despliegue policial.
La policía impidió que decenas de egipcios que pasaban por la avenida Ramsis, frente al sindicato, se unieran a los manifestantes y finalmente optó por cerrar la calle a los peatones.
"Venimos de la Universidad de Ein Shams para protestar contra el encarecimiento de los precios", aseguran dos chicos y una chica que gritan consignas desde la terraza de la sede de los abogados egipcios.
"Levántate Egipto, mañana empieza la revolución", "Libertad, Libertad, Hosni Mubarak deja de robar", "Dios es Grande", coreaban los presentes con los brazos en alto.
Estudiantes de la universidad de El Cairo publicaron un comunicado de solidaridad con la huelga en la página web de los Hermanos Musulmanes egipcios, que en el último momento decidieron no secundarla.
Además de las universidades, numerosos colegios cerraron sus puertas, aunque estos últimos parece que más por precaución que por solidaridad.
Un grupo de organizadores que discutía el resultado de las movilizaciones, destacó que, a pesar de la escasa respuesta, la huelga general supone un nuevo paso en la lucha por las reformas ya que ha sido organizada por primera vez por jóvenes a través de internet y de mensajes de móviles.
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