Un 10 por ciento del trabajo de los detectives privados españoles es seguir a adolescentes, especialmente varones, por encargo de sus padres, según explicó a Efe el presidente del Colegio Profesional de Detectives Privados de Cataluña, Josep Maria Fernández Abril.
El 80 por ciento del volumen de trabajo de los 1.900 detectives privados que hay en España lo encargan las empresas, sobre todo compañías aseguradoras y mutuas, mientras que el otro 20 por ciento son investigaciones en el ámbito familiar.
"El adulterio se investigaba más antes, porque era delito, pero ahora no es la mayor demanda. Están por encima los encargos para vigilar las conductas de los hijos, la mayoría de veces relacionados con problemas de consumo de sustancias, ya sean drogas o alcohol", señaló Fernández Abril.
Aunque las investigaciones relacionadas con la pareja siguen proporcionando bastante trabajo a los detectives, el asunto de la conducta de los hijos, los fraudes a las compañías de seguros o la simulación de lesiones o enfermedades son las grandes estrellas del trabajo detectivesco.
"Normalmente, los padres o madres acuden a un detective privado cuando aprecian un cambio sustancial o radical del comportamiento de su hijo o hija, cuando empieza a cambiar sus hábitos, a llegar más tarde de lo normal, a sacar peores notas, a mostrarse más reservado…", explicó el presidente de los detectives catalanes.
Sobre el aumento de este tipo de demandas, Fernández Abril duda entre "si hay más preocupación por parte de los padres o hay más problemática por parte de los jóvenes porque tienen acceso a más cosas".
La mayoría de las demandas que reciben los detectives catalanes son para averiguar las compañías en las que se mueven chicos varones de entre 14 y 18 años.
Aunque no existen unas tarifas mínimas para contratar a un detective, el Colegio Profesional de Detectives ha establecido unas tarifas que oscilan entre 500 y 600 euros diarios en un fin de semana para hacer un seguimiento a un adolescente, por ejemplo.
Según Fernández Abril, las tarifas dependen del grado de complejidad del asunto. Para una investigación laboral, de una baja simulada, por ejemplo, se requieren, según Fernández Abril, entre tres y cuatro días.
Ningún detective puede estar en nómina de una empresa ajena a la profesión de investigador privado y sólo pueden elaborar informes externos porque "no pueden ser parte interesada".
La ley de seguridad privada, explica Fernández Abril, únicamente deja a los detectives privados crear sus propias agencias "y sin participación de socios capitalistas que no sean detectives, y esto es una injusticia".
Sobre los métodos de investigación, el presidente del Colegio Profesional prefiere no entrar en detalles y asegura que siempre se ha de actuar "con métodos lícitos".
"No podemos grabar conversaciones privadas, ni fotografiar a personas en sus espacios de privacidad, sólo podemos filmarlos en los espacios públicos", recordó.
El detective explicó que tampoco pueden ser contratados para hacer espionaje industrial, "pero sí contraespionaje cuando una empresa sospecha que alguien le está haciendo espionaje".
El Colegio Profesional de Detectives Privados de Cataluña se creó hace seis años y medio, agrupa a 400 detectives y desde hace dos y medio lo preside Josep Maria Fernández Abril.
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