Los hombres prefieren un horario laboral flexible mejor que una jornada reducida cuando se convierten en padres, según un estudio realizado por el Consejo Económico y Social de Investigación de la Universidad de Bristol. "Lo que más valoran los hombres de sus respectivos trabajos es la habilidad para controlar sus horas laborales con el fin de poder ir al colegio a recoger o llevar a sus hijos o ir a reuniones escolares", señala Esther Dermott, socióloga y coordinadora de la investigación.
No obstante, ser padre conlleva pocas modificaciones en el contrato laboral de un hombre, aparte del recorte de horas que él posee durante un breve periodo de tiempo tras el nacimiento del bebé, manifiesta el estudio. "No hay evidencias de que los padres estén adoptando un modelo 'femenino' de paternidad, con media jornada y grandes niveles de atención al niño", continúa la socióloga.
"La paternidad no es un buen indicador del número de horas que un hombre trabaja, sino que se escogen otras variables", manifiesta. "Las horas laborales están relacionadas significativamente con la edad, el tipo de actividad económica, la ocupación, los ingresos y el tiempo que trabaje la pareja", recogen los resultados.
Los datos obtenidos demuestran que una cuarta parte de los hombres quieren trabajar menos horas; menos de un 1% quiere incrementar su jornada y el resto desea mantener su cargo. Estas preferencias se mantienen cuando el hombre pasa a ser padre, ya que no desean trabajar ni menos ni más horas.
Este estudio conlleva implicaciones para las futuras medidas que busquen la conciliación entre la vida laboral y familiar de los padres. Los resultados sugieren que las políticas impuestas recientemente no se ajustan a lo que los padres quieren. Si se promueven contratos de flexibilidad para los trabajadores y se ofrecen bajas de paternidad bien pagadas quizá las leyes sean mejores recibidas, finaliza el informe.
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