Varias de las empleadas de la maquila textil ‘Monclova Internacional’, en Méjico, que trabajan para la firma multinacional Sara Lee, denunciaron esta semana la violación de sus Derechos Humanos, así como un aumento en la producción de un 30%, con el consiguiente aumento de la carga de trabajo, mientras que el sueldo se les ha reducido en casi un 50%.
Martha Barragán, Alicia Ramos y Marcela Miranda, son algunas de las afectadas que denunciaron en rueda de prensa las «precarias condiciones laborales» en las que se encuentran, una situación que ya ha empezado a hacer huella en la salud de algunas de sus compañeras, según recoge CIMAC, web especializada en temas de género, política y Derechos Humanos de Méjico y Latinoamérica.
Esta maquiladora, que se dedica principalmente a la confección de ropa, tiene varias áreas. Una de ellas, en la que se dedican a hacer mangas para las blusas y camisas, es donde trabajan las denunciantes y cien mujeres más de entre 35 y 45 años. En la empresa trabajan en total 1.800 personas, de las cuales el 60% son mujeres.
Las empleadas afirman que su horario de trabajo es de diez horas al día, de lunes a viernes de 7:00 de la mañana a cinco de la tarde, con tres descansos, uno de 20 minutos, uno de media hora y otro de diez minutos, tiempo de descanso total que no llega a una hora. Su sueldo era de unos 200 euros a la semana, cantidad que recientemente se vió reducida casi a la mitad. Asimismo, las denunciantes afirmaron que antes tenían que producir 1.600 piezas a la hora, mientras que ahora se les exigen 2.100.
Además, las trabajadoras denunciaron que no reciben una atención médica de calidad, y que ni siquiera se las remite a un especialista para tratar dolencias comunes debidas a su trabajo, como dolores musculares, problemas respiratorios por la pelusa de la ropa, deformaciones en las manos por los movimientos repetitivos, hernias de disco en la columna y desgaste en varias partes del cuerpo como espalda y hombros.
Las tres trabajadoras temen perder su trabajo despúes de haber denunciado sus condiciones laborales, ya que, según comentaron, «hasta ahora nadie había hablado del tema porque todas las que lo habían hecho acabaron en la calle».
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