Los trabajadores de la fábrica de Volkswagen Autoeuropa, en Setúbal, han propuesto que parte de la producción del Opel Combo que se realiza en la planta de Azambuja se efectúe en las prensas de la fábrica de Setúbal.
Con esta medida, General Motors podría reducir los costes de producción de Azambuja y mantener la actividad en esta planta, en lugar de proceder a su cierre y al traslado de la producción a Figueruelas (Zaragoza), como tiene previsto.
Esta idea fue presentada ayer viernes por los trabajadores de Opel al alcalde de Azambuja al final de una manifestación en la que participaron los más de 1.000 operarios de la fábrica.
El coordinador de la comisión de los trabajadores de Opel, Paulo Vicente, explicó que «ésta idea partió de los trabajadores de Autoeuropa», pero que no cuenta con el aval de la administración de la empresa, por lo que remitió para una eventual negociación entre los responsables de los dos grupos.
En opinión del portavoz de los trabajadores de Opel, «ésta podría ser una idea para viabilizar la fábrica hasta 2009», fecha hasta la que la multinacional se compromete a mantener abierta la fábrica en el acuerdo social firmado en 2005. «Si General Motors quiere hacer viable la fábrica, la decisión está en instalar una sección de prensa para futuros modelos, ya que, es la estrategia de la empresa dotar sus fábricas de unidades de prensa para evitar costes logísticos», consideró.
Paulo Vicente admitió la posibilidad de que las prensas de la fábrica de Opel de Figueruelas y las de la de Volkswagen Autoeuropa no sean compatibles, pero en su opinión esa es una cuestión técnica que «puede resolverse si hay voluntad».
La solución propuesta por los trabajadores de Autoeuropa y aceptada por los de Opel podría reducir en casi la mitad los 500 euros de más que cuesta producir cada unidad en Azambuja, factor determinante para que General Motors Europe decidiese transferir la producción del Combo a la fábrica de Figueruelas, en Zaragoza.
El coordinador del comité de empresa explicó que después de la intervención del Gobierno portugués en el proceso, la empresa retrasó la decisión, sobre el eventual cierre y traslado de la producción, cinco semanas, plazo en el que espera que surjan alternativas que permitan la viabilidad de la fábrica que da trabajo directo a cerca de 1.200 personas.
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