Dos empresas alimentarias, la lechera Letel, del grupo francés Lactalis, y Oromas, dedicada a la fabricación de pastas alimenticias, cerrarán sus plantas en Vic (Barcelona) y Lleida, respectivamente, mientras que la cárnica Primayor despedirá a 57 empleados en Mollerussa (Lleida).
El cierre de la planta de Letel, compañía que comercializa la marca Président, supondrá el despido de 75 trabajadores, casi todos fijos, así como el traslado de la producción de leche a otras plantas del grupo, como Viladecans (Barcelona), Madrid o Galicia, según han informado a Efe fuentes sindicales.
Esta fábrica está afectada por el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de Vic, que prevé el traslado de las actividades industriales al extrarradio, pero la compañía ha rechazado el emplazamiento alternativo ofrecido por el ayuntamiento para instalar una nueva planta a partir de septiembre de 2007, según han confirmado fuentes del consistorio.
Letel ha vendido el solar, recalificado de suelo industrial a residencial al estar ya rodeado de viviendas debido al crecimiento de Vic, a una inmobiliaria que construirá pisos.
Está previsto que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afectará a la totalidad de la plantilla, se presente a principios de la próxima semana.
Las multinacionales lácteas Nestlé y Lactalis tienen previsto cerrar este año la constitución de una filial en el mercado de refrigerados cuya facturación rondará los 1.500 millones de euros.
Asimismo, Primayor Foods, empresa española especializada en carnes frescas de porcino y vacuno, presentará en breve un ERE que afectará a 57 de sus empleados en Mollerussa, todos ellos con contratos fijos.
Esta compañía perteneció hasta enero de 2004 al grupo Campofrío, que firmó una alianza estratégica con Proinserga, el mayor productor de porcino de España, al que vendió todo su negocio de carnes frescas.
Por último, la empresa Oromas, dedicada a la elaboración y al envasado de pastas alimenticias y otras harinas, ha anunciado que cerrará su planta de Lleida y trasladará la producción a Zaragoza, donde cuenta con un centro mucho más moderno absorbido por la compañía en 2005.
Esta medida, que responde a causas económicas, productivas y técnicas, supondrá el despido de los 24 trabajadores fijos de esta planta, que cuenta con maquinaria obsoleta.
Estos cierres o recortes de plantilla en el sector alimentario se suman a la situación de la industria catalana, marcada en los últimos días por el anuncio de clausura de la planta de Braun en Esplugues de Llobregat (Barcelona) y el traslado de la producción a Europa del Este y China a partir de finales de 2008.
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