El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, hizo un llamamiento para acelerar las reformas estructurales en la Unión Europea, las cuales, dijo, permitirán reducir el diferencial de crecimiento de los últimos años. Trichet, que participó en el Foro de la OCDE en París, recordó que ya «hay consenso sobre los objetivos apropiados» y sobre el proceso institucional para llevar a cabo esas reformas, e insistió en que «el próximo paso decisivo ahora es acelerar la puesta en marcha de esos planes».
«Cuanto antes se haga, antes aumentará la actividad económica y el empleo», señaló el máximo responsable del BCE, que no quiso hacer comentarios sobre los tipos de interés y sobre los tipos de cambio.
Trichet justificó la necesidad de esas reformas en el hecho de que el crecimiento medio anual de la zona euro desde el lanzamiento de la Estrategia de Lisboa ha sido del 1,8%, frente al 2,8% en Estados Unidos, y lo relacionó esencialmente con un problema de falta de flexibilidad en los países de la moneda única.
Asimismo, argumentó que en un contexto de rápida difusión de las tecnologías de la información, si una economía es inflexible, se reduce el ritmo de crecimiento de su productividad.
Sobre las prioridades de la reforma, señaló en primer lugar el buen funcionamiento de los mercados laborales, lo que, a su juicio, pasa por elevar la tasa de actividad, en particular la del grupo de edad de 55 a 64 años, que es sólo del 40,2% en la zona euro, frente al 60% en Estados Unidos.
Tras recordar que la tasa de paro juvenil en los países del euro era del 17,8% el pasado año, subrayó que hay que «promover la flexibilidad salarial», acabar con las «rigideces del mercado» y reformar el sistema de indemnización por desempleo, que, en su opinión, desincentivan la búsqueda de empleo al ser demasiado generosos.
Un entorno favorable a los negocios
Otra de las prioridades es, a juicio de Trichet, «la creación de un entorno favorable a los negocios», por ejemplo en costos administrativos que resuelva el hecho de que abrir una empresa en la zona euro es diez veces más caro que en Estados Unidos.
Recordó que la UE se ha fijado para el año 2007 el objetivo de reducir el tiempo necesario para abrir una empresa de 15 asalariados a siete días, cuando ahora todos los procedimientos llevan 27 días.
También insistió en la conveniencia de incrementar la competitividad en los mercados, en particular en el sector de los servicios, que representan el 70% del Producto Interior Bruto (PIB) en la zona euro.
En ese sentido, recordó que sectores que se han liberalizado en Europa, como las telecomunicaciones o el aéreo, ilustran cómo la UE puede incrementar su productividad a niveles incluso superiores a los de Estados Unidos.
El futuro secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el mexicano José Angel Gurría, coincidió en el diagnóstico de Trichet y en la necesidad de aplicar las reformas estructurales.
Preguntado por los problemas para llevarlas a cabo, Gurría respondió que «las cosas están en manos de los políticos, de la voluntad política», de los Parlamentos, de la opinión pública y de los medios de comunicación.
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