La tasa de empleo entre la población gitana (59,7 por ciento) es mayor que entre el conjunto de la población española (50,3 por ciento), según se desprende del informe «Población gitana y empleo», elaborado por la Fundación Secretariado Gitano.
Este dato, junto con otros incluidos en el informe, contribuye a romper estereotipos que pesan sobre los gitanos, como que estos no quieren trabajar, según explicó, en rueda de prensa, el secretario territorial de la Fundación, Humberto García.
El estudio se ha elaborado sobre una muestra de 1.500 personas pertenecientes a la población gitana española mayor de 16 años de ambos sexos, colectivo integrado aproximadamente por 475.000 personas, el 48 por ciento de las cuales vive en Andalucía, y busca contar con datos fiables y comparables de la situación en el empleo de la población gitana española.
Desde una perspectiva de género, la población gitana describe un comportamiento similar al conjunto de la población española en general: una menor actividad y tasa de empleo en las mujeres que presentan mayores tasas de paro, temporalidad y trabajo a tiempo parcial.
Otro dato recogido por este informe que también rompe con los tópicos existentes sobre la población gitana española lo evidencia el porcentaje de ocupados en el sector servicios, que en el caso de la población gitana se sitúa en el 75,9 por ciento frente al 64,6 por ciento de la población española.
El hecho de que los gitanos empiezan a trabajar antes y terminan después que el resto de población española, como refleja que los gitanos jubilados son sólo el 11 por ciento de los inactivos, frente al 30 por ciento general, o que la población gitana ocupada por cuenta propia (48,5 por ciento) es significativamente superior a la española (18,3 por ciento) son otros datos que rompen también con estos estereotipos.
No obstante, el informe también evidencia la situación discriminatoria que la población gitana sigue sufriendo en la actualidad, como muestra que 7 de cada 10 personas gitanas mayores de 15 años no han completado los estudios primarios (4,6 veces más que la población general) o que 4 de cada 10 parados gitanos son menores de 25 años frente a 2 de cada 10 de la población española.
El estudio también detecta una mayor temporalidad en los contratos a la población gitana (35,73 por ciento frente al 25,21 por ciento de la población española).
Como conclusiones, el informe constata un avance de la población gitana en el ámbito laboral, y que ésta quiere trabajar, como evidencian las altas tasas de población activa, la presencia prolongada en el mercado de trabajo y el proceso de incorporación de la mujer gitana al mercado de trabajo.
Como aspectos negativos o mejorables, el estudio también señala que la población gitana sufre aún una clara desventaja en el mercado de trabajo, condicionada por factores como la falta de cualificación inicial, por el abandono temprano de la escuela, la escasa presencia en recursos normalizados de formación o el escaso acceso a las nuevas tecnologías.
Además, detecta un alto desempleo efectivo y sumergido (venta ambulante, por ejemplo), alta precariedad en el empleo, persistencia de actividades no reguladas y empleos sin protección y discriminación en la formación y/o empleo, que la Fundación considera necesario compensar con medidas específicas promovidas por los poderes públicos.
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