Representantes de trabajadores, empleadores y gobiernos, reunidos en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), han adoptado un nuevo conjunto de recomendaciones prácticas sobre seguridad y salud en las minas de carbón subterráneas, diseñado para dar mayores garantías a quienes desempeñan una de las actividades con más riesgos del mundo, que deberá ser presentado para su aprobación por el Consejo de Administración de la OIT en noviembre.
Para las nuevas recomendaciones se tienen en cuenta los cambios registrados en el sector de la minería subterránea del carbón, que han provocado profundas modificaciones en las condiciones laborales durante los últimos 20 años. Se trata de una actividad que es relevante en unos 50 países, y que provee combustible para la industrialización de la economía, y para la producción de bienes como la energía y el acero.
Reemplazará a otro existente desde 1986, y reflejará las nuevas características de la industria y de su fuerza laboral, así como los avances en los instrumentos de la OIT relacionados con la seguridad y la salud ocupacional.
El nuevo instrumento plantea un marco nacional en el que se especifican los papeles a desempeñar por autoridades competentes, empleadores, trabajadores y sus organizaciones. También incluye una metodología para identificar situaciones peligrosas y prevenir y minimizar riesgos, así como para la seguridad de las operaciones subterráneas. Se incluyen la mayor parte de los peligros y riesgos identificados con esta actividad hasta el momento.
La importancia del carbón viene del creciente aumento en el consumo y la producción, especialmente en Asia. Esta tendencia positiva además es impulsada por nuevos desarrollos de la industria, incluyendo tecnologías como la licuefacción o gasificación del carbón, y tecnologías limpias que contribuirán a responder a la demanda del mineral.
Históricamente la minería del carbón subterránea ha sido una de las actividades más peligrosas para los trabajadores. Los progresos alcanzados en materia de seguridad y salud se deben principalmente a la aplicación de nuevas tecnologías, a inversiones de capital, a una formación continua y a cambios en las acciones gubernamentales.
Las recomendaciones del nuevo repertorio de la OIT están destinadas a todos aquellos que tienen responsabilidad por la salud y la seguridad en las minas de carbón subterráneas, tanto en el sector público como en el privado.
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