Obreros portugueses que trabajan en España en la construcción y la agricultura son víctimas de abusos, malas condiciones de vida y discriminación laboral, según un informe presentado ayer en Lisboa.
Elaborado por dos peritos para la Dirección General de Estudios, Estadística y Planeamiento (DGEEP) y el Ministerio de Trabajo y Solidaridad Social (MTSS) portugueses, el documento señala que ‘la explotación laboral en España en el sector de la construcción civil parece ser galopante, según algunos entrevistados’.
‘Los portugueses explotados en España son, según la Policía Judicial (PJ), víctimas de raptos, secuestros, esclavitud, amenazas y ofensas a la integridad física’, dice el texto, titulado ‘El combate al tráfico de seres humanos y trabajo forzado en Europa’.
‘El problema incluye tres vectores, que son la discriminación salarial, funcional y el desprecio por las reglas de seguridad en el trabajo’, apunta el documento, del que se hicieron amplio eco los medios portugueses aunque tanto las autoridades de la DGEEP como del MTSS advirtieron que no suscriben sus conclusiones necesariamente.
La difusión del documento coincidió con la presencia por unas horas en Lisboa del ministro español de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, que hoy participó en la XXVII Conferencia de ministros europeos responsables de asuntos de familia.
Caldera afirmó ayer, lunes, en un encuentro con su homólogo luso, José Antonio Vieira da Silva, que ‘la inmensa mayoría de los trabajadores portugueses en España están de modo correcto’.
El ministro español subrayó también que ‘frente a ciertas alarmas que se generan, a la hora de la verdad, cuando una inspección de trabajo desarrolla su tarea, nos hemos encontrado con muy pocas irregularidades’.
El documento portugués afirma que ‘el ambiente de recelo y terror’ en que son mantenidas las víctimas hacen posibles largas jornadas de trabajo, a veces de 17 horas, aunque su reclutamiento es llevado a cabo, en muchos casos, por ciudadanos de su propia nacionalidad.
En el sector de la construcción, indica, la mayoría de las víctimas son contactadas por empresas portuguesas que transportan después a los trabajadores al extranjero.
El informe, elaborado entre septiembre de 2005 y abril 2006, también denuncia abusos contra obreros portugueses en Holanda pero asegura que ‘España es el país donde ocurren los casos más violentos de coacción a emigrantes portugueses’.
Los comentarios están cerrados.