La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera «central» el papel de las organizaciones, de empleadores y de trabajadores en la erradicación del trabajo infantil de países en desarrollo, según se desprende de su informe global ‘La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance’.
La cooperación de los empleadores es «fundamental», porque pueden contribuir a asegurar que sus empresas estén libres de trabajo infantil, además de tener una «gran influencia» sobre aquellos que contratan niños. Asimismo, podrían proporcionar ayuda para recoger datos sobre la incidencia del trabajo infantil en varios sectores, influir en la formulación de políticas nacionales sobre esta materia, así como aliarse con sindicatos y ONGs para promover una mayor concienciación sobre los daños que causa el trabajo infantil y sobre los derechos de los niños.
En lo que se refiere a los empleados, recuerda que en 1860 las organizaciones de trabajadores fueron las primeras que hicieron campañas contra el trabajo infantil. Destaca además la OIT la negociación colectiva como buena estrategia a usar por los sindicatos para la erradicación del trabajo infantil.
La OIT considera también que desde los sindicatos, «como organizaciones de promoción», se pueden divulgar nuevos mensajes y tomar medidas directas para influir en la legislación y en las prácticas laborales, además de «supervisar» y adoptar medidas directas para impedir el trabajo infantil.
Por último, resalta el trabajo realizado por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) en la promoción de la erradicación del trabajo infantil «como parte de debates más amplios en relación con los Derechos Humanos y el desarrollo».
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