Los trabajadores del metal dieron ayer carpetazo a nueve días intensos de movilizaciones. Atrás queda ya la imagen de un Vigo sumido en el caos con tráfico colapsado, contenedores quemados, vuelcos de vehículos y agresiones diversa consideración.
En la que convirtió en la última concentración, ayer en la Plaza del Rey, donde se ubica el ayuntamiento olívico, los afectados decidieron respaldar el preacuerdo alcanzado el miércoles entre los sindicatos y la patronal para un convenio colectivo por 3 años.
Así, los votos a favor superaron con creces a los que rechazaron los términos ultimados en la negociación. Un acuerdo que debería haber sido ratificado antes, pero que se demoró por los insultos y gritos protagonizados por un reducido grupo de trabajadores que no estaban de acuerdo con el documento.
Un cúmulo de despropósitos al que se sumó la escasa potencia de la megafonía, que impidió a los implicados tener todos los datos. A pesar de que los más de 10.000 huelguistas conocían de antemano el contenido del nuevo convenio, los representantes sindicales no tuvieron reparo en volver a informar a la multitud, con el objetivo de disipar dudas.
En cuanto al preacuerdo alcanzado, el secretario general del Metal de la CIG de Galicia, Miguel Angel Malvido, reiteró que está satisfecho con los resultados, «porque suponen un avance contra la precariedad, ya que en los tres años de vigencia del convenio se alcanzará el 50 por ciento de los empleados fijos». «Por cada dos trabajadores, uno será fijo», afirmó visiblemente esperanzado.
Comentó, con respecto al capítulo de las mutuas, que es importante que a partir de ahora un trabajador en caso de enfermedad o accidente pueda cobrar el 100 por cien de su sueldo hasta recibir el alta médica, por un período no superior a tres meses.
Por su parte, el Secretario General de UGT, Xosé Antonio Álvarez, avanzó que la mayoría de los trabajadores ya se han incorporado a sus puestos, y Emilio Docampo, de CC.OO., quiso recordar que, a pesar de que someter el preacuerdo a una asamblea de trabajadores conlleva ciertos riesgos, «los sindicatos cumplieron con su promesa».
No obstante, una vez cerrado el capítulo de las negociaciones con la patronal, no cejan en su empeño de seguir solicitando la dimisión de Delfín Fernández, subdelegado del Gobierno en Pontevedra, por los tristes enfrentamientos protagonizados entre huelguistas y la policía en las inmediaciones de la estación de Renfe el lunes, por un supuesto consentimiento.
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