Delphi pretende cerrar su fábrica de Puerto Real, en Cádiz, antes de enero de 2008, como parte de su estrategia de reestructuración de varias de sus plantas europeas en Francia, Alemania, Reino Unido, Polonia y Austria, que también afectará a la otra fábrica española de Sant Cugat del Vallés, según informa Comisiones Obreras en un comunicado.
Estas medidas se enmarcan dentro de la nueva estrategia de la empresa, que se encuentra en suspensión de pagos desde el pasado mes de noviembre, mediante la que pretende revocar el convenio colectivo de los trabajadores y proceder a la suspensión de los contratos «no rentables» que mantiene con otras compañías, como por ejemplo General Motors.
Esta reestructuración provocará la eliminación de 8.500 puestos de trabajo, y el ajuste afectará al 40% de sus directivos. La estrategia se centrará en modificar los acuerdos con los sindicatos, en la reducción de los costes de prestaciones sanitarias. Además, buscará reforzar la gama de productos, la modificación de la plantilla para hacer frente a los costes laborales y la búsqueda de una solución para afrontar los compromisos en materia de pensiones.
Por ello, los trabajadores de las compañía protestaron por todas estas medidas y anunciaron la posibilidad de llevar a cabo movilizaciones a nivel europeo en función de las acciones que emprenda la empresa en el continente. A estas protestas se unió la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras, con el fin de defender los derechos de los empleados.
Desde el sindicato denunciaron que esta situación ha sido provocada por «la mala gestión y planificación de la propia empresa», por lo que no se puede responsabilizar a los trabajadores, «ni pretender que paguen las consecuencias de las políticas industriales aplicadas por la patronal».
CCOO también mostró su apoyo a los trabajadores de la compañía de Estados Unidos, para que no se repita la misma situación y como una forma de mantener los puestos de trabajo y de defender los derechos laborales de los empleados.
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