El comisario de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, estimó hoy que la apertura total del mercado laboral a los trabajadores de los países del Este que se hizo efectiva en España ayer puede conllevar a que un mayor número de personas es esta región aprenda español, algo que ya está ocurriendo.
Spidla señaló que la Comisión Europea ha constatado que «se tiende al conocimiento del español» entre los ciudadanos de los nuevos Estados miembros de la UE y agregó que «la decisión de España de abrir su mercado de trabajo tal vez puede implicar que el español se extienda aún más en Europa central».
El comisario hizo estas declaraciones en la rueda de prensa que celebró el día después de que cuatro países de la UE –España, Portugal, Finlandia y Grecia– suprimieron definitivamente las restricciones al movimiento de trabajadores de ciudadanos de los 10 países que entraron en la UE el 1 de mayo de 2004.
Spidla celebró hoy que 17 de los 25 Estados miembros tienen sus mercados laborales abiertos, mientras que otros seis las han suavizado y solo dos, Alemania y Austria, no tienen intención de modificarlas. Con respecto a estos dos últimos países, se mostró dispuesto a realizar un debate sobre la «apertura del mercado laboral europeo» para que tomen esta decisión «lo antes posible».
Se refirió a la cuestión lingüística para desmontar los argumentos que indican que Alemania recibiría el mayor número de inmigrantes del este y centro de Europa por la proximidad geográfica y también porque el alemán es mayoritariamente la segunda lengua en estos países.
Spidla rebatió tales ideas diciendo que en la República Checa, donde hubo 500.000 solicitudes para ir a Alemania se detectó que hubo el mismo número para ir a Reino Unido y que se observó que en ambos casos se repetían los nombres de las personas, que tenían una preferencia similar por uno u otro país.
Reconoció que es cierto que el alemán ocupa el primer lugar en la segunda lengua entre una población en la que, no obstante, crece el conocimiento del inglés y también el del español, sobre todo entre los más jóvenes.
Por otra parte, Spidla aseguró que la eliminación de las barreras al movimiento de los trabajadores no provocará una llegada en masa de ciudadanos de los países del Este y que la situación no sufrirá cambios demasiado significativos.
Como ejemplo también recurrió a España, donde, según dijo, desde 2004 «solamente llegaron algunos miles de personas y no creo que vaya a cambiar radicalmente la situación», ahora que el Gobierno dio por finalizado el periodo transitorio.
«Yo creo que no se va a producir un cambio radical. Tal vez la llegada de personas se diluya en el mercado laboral», dijo Spidla en relación a las previsiones para España.
Asimismo, el comisario advirtió de que el fin de las medidas transitorias no es la única «barrera» que hay que superar y aseguró que los movimientos migratorios también se están dando a la inversa, puesto que cada vez hay más ciudadanos de los antiguos países a los nuevos.
España, Grecia, Finlandia y Portugal se acogieron a la primera fase para la eliminación de las barreras a la libre circulación de trabajadores que terminarán definitivamente en 2011, a pesar de que algunos países decidieron no aplicar estas medidas transitorias desde 2004 –Reino Unido, Suecia e Irlanda–.
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