Afectados por el cierre de Ficosa en Lerida optan por la indemnización

Gran parte de los 86 trabajadores fijos afectados por el cierre de la planta de parasoles que el fabricante de componentes Ficosa Internacional tiene en Sant Guim de Freixenet (Lleida) han optado por cobrar una indemnización y renunciar a la recolocación.

El acuerdo entre la dirección de Fico-ITM y los representantes de los trabajadores, que ya está cerrado y también supone la pérdida de unos 190 empleos eventuales, establece que el cese de la actividad se hará efectivo el 30 de junio, según informaron fuentes sindicales.

En un principio se había barajado la posibilidad de que unos 40 trabajadores fijos fuesen recolocados en la segunda planta que el grupo Ficosa tiene en Sant Guim de Freixenet, dedicada a la fabricación de cables para el automóvil, aunque finalmente sólo una decena de personas han preferido esta alternativa.

Del resto de trabajadores fijos, los que lleven menos de un año en la empresa cobrarán 3.000 euros, los que acumulen una antigþedad de entre uno y dos años percibirán 3.500 euros, los que certifiquen entre dos y tres años de estancia en Fico-ITM recibirán 4.000 euros, los que lleven entre tres y cuatro años, 4.500 euros, y los de cinco o más años de antigüedad tendrán derecho a una indemnización de treinta días por año trabajado, sin límite de mensualidades. A estas cantidades se sumarán el 17% del salario mensual desde ahora hasta la fecha de cierre de la fábrica, otros 2.000 euros por renunciar a la recolocación y otros 1.200 euros por mantener el actual ritmo de trabajo y la paz social hasta el 30 de junio.

Una plantilla joven En una plantilla más bien joven, muchos de los empleados han preferido cobrar la indemnización -que, en el peor de los casos, superará los 6.000 euros por persona- a mantener la opción de la recolocación.

El grupo de automoción, que cerró en 2003 la fábrica de parasoles de Rubí (Barcelona) para concentrar toda la producción en Sant Guim de Freixenet, ha atribuido la necesidad de cerrar esta planta a las pérdidas de 16 millones de euros acumuladas en los últimos cinco años. Con esta decisión, la compañía presidida por Josep Maria Pujol, dejará de producir parasoles en España.