Según se desprende de un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), basado en datos obtenidos de Eurostat, tan sólo 41% de los trabajadores españoles de entre 55 y 64 años continúa en activo, lo que sitúa a España entre los países de la Unión Europea de los 15 donde la presencia de este colectivo en el mercado laboral es menor.
En relación con este informe, uno de los objetivos que se ha marcado el Ejecutivo español en la reforma de pensiones que está negociando con la patronal y los sindicatos es el de reducir las jubilaciones anticipadas y evitar que las empresas realicen ajustes de plantilla con cargo a las arcas de la Seguridad Social.
Las pretensiones del Ministerio Trabajo se encaminan hacia la prolongación voluntaria e incentivada de la vida laboral de los trabajadores y la limitación de la posibilidad de jubilarse antes de la edad legalmente establecida.
Por ello, el Gobierno quiere unificar los requisitos para los distintos tipos de jubilación anticipada, siendo más flexibles con los trabajadores que han sido despedidos que con los que finalicen voluntariamente y de forma pactada sus contratos.
La intención del Gobierno de prolongar la carrera profesional más allá de los 65 años no coincide con los deseos de los trabajadores. A pesar de que los españoles son los europeos que más tarde se jubilan, con 61 años de media, la mayoría preferiría jubilarse a los 57.
Además, el 64% de los españoles en activo rechaza retrasar la edad límite para jubilarse, frente a un 18% que se muestra favorable a dicha medida.
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