El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, denunció hoy que, en relación con el tema de la inmigración, el Gobierno sólo ha hecho una "oleada de majaderías" y que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, no tiene la "más remota idea de lo que hay que hacer" para resolver los problemas que se han generado en España tras el "descomunal efecto llamada" que generó.
Durante su intervención en un acto del PP-A sobre inmigración, Rajoy insistió varias veces en que se trata de un "tema capital de los próximos años en España" y que, sin embargo, el Gobierno socialista no lo ha podido hacer "peor".
Basó esta afirmación en el hecho de que cuando el PSOE llegó al Gobierno decidió "liquidar" la política de inmigración que se había desarrollado hasta entonces para hacer exactamente "lo contrario a lo que dice la lógica y el sentido común", según apuntó.
En primer lugar, según añadió, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero decidió acometer un proceso de regularización masiva, en contra de lo que decía la Unión Europea, lo que generó un "descomunal efecto llamada".
Como consecuencia de ello, en opinión de Mariano Rajoy, se está recogiendo ahora la "peor situación de la historia" de este país, pasando por que la Unión Europea dice que no puede llegar ahora el Gobierno español a pedir un soporte económico cuando en su día decidió hacer lo contrario a lo que se le dijo y ni siquiera se aceptan sus propuestas.
El dirigente popular señaló que la única tranquilidad que le queda ante el panorama que se está viviendo en materia de inmigración es que el PP advirtió en su día de lo que se podía avecinar, si bien los socialistas "no hicieron caso". Del papeles para todos, que ha sido una "enorme demagogia", según apuntó, se ha pasado a una situación de descomunales problemas.
Mariano Rajoy deseó que el Gobierno tuviera un mínimo de cabeza, de sensatez y de responsabilidad en relación con este asunto y dejara de hacer "majaderías". Aseguró que Rodríguez Zapatero no se ha estudiado este asunto ni se lo sabe y ahora "no tiene la más remota idea de lo que hay qué hacer".
Señaló que le gustaría que los socialistas vieran, en las propuestas del PP sobre este asunto, que hay una "lucecita que se alumbra en el futuro para arreglar todo esto". Dijo que en España si bien hay muchos problemas, el de la inmigración es el asunto más importante porque afecta a todos y puede generar problemas de convivencia, en materia educativa o de servicios públicos.
Rajoy dijo que no quería quedarse sólo en la crítica y que iba a exponer las alternativas del PP para abordar la situación actual, entre ellas, la prohibición por ley de las regulaciones masivas de inmigrantes ilegales. Señaló que lo que ha ocurrido en España ha sido una "vergüenza" porque no hay ningún otro país europeo donde existan regulaciones masivas. A su juicio, es intolerable que siga siendo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales "quien ha hecho este disparate", en referencia a Jesús Caldera.
Asimismo, el dirigente popular señaló que es fundamental que para que un inmigrante se pueda empadronar en un municipio español tenga la residencia en el país, ya que hay casos de gente que se empadrona y que no vive en España. Añadió que España tiene que controlar sus fronteras, al tiempo que el Gobierno central tiene que garantizar la seguridad de la gente y la justicia.
En relación con la Unión Europea, defendió una política igual en todos los países en materia de inmigración, ya que, a su entender, es "ridículo" que los derechos y deberes de personas que lleguen al continente sean distintos en España y Francia. Señaló que las reglas del juego también tienen que ser las mismas en materia de seguridad y de justicia.
Tras indicar que también hay que evitar las "juergas" de las mafias que están centradas en la inmigración ilegal, Mariano Rajoy mostró su preocupación por el hecho de que el Gobierno español en este tema como en otros carezca del "más mínimo crédito ante sus socios de la Unión Europea para plantear nada", algo que es consecuencia de una política exterior "grotesca", que pasa por reuniones con dictadores como Fidel Castro o Hugo Chávez o encuentros de un ex presidente socialista del Gobierno, en referencia a Felipe González, con quien quiere hacer una "bomba atómica", según apuntó.
Para Mariano Rajoy, todas aquellas personas que lleguen a España además de los mismos derechos que los españoles, tienen que tener también los mismos deberes y obligaciones. Quien viene a España, según agregó, se somete simplemente a las mismas reglas de los que estamos aquí, ya que nadie es "ni de mejor ni de peor condición".
Este debe ser el reto para cualquier "gobierno normal", manifestó Rajoy, quien expresó que hay que actuar con inteligencia y que no cree en el actual Ejecutivo español.
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