Telefónica no quiere quedarse atrás en las nuevos modelos de retribución a sus directivos. Tras las compra de la operadora británica O2, que coloca al grupo que preside César Alierta entre las principales multinacionales del sector, Telefónica ultima la aprobación de un nuevo plan de jubilación para sus principales directivos.
Este proyecto sustituye para los directivos al actual plan de empleo de la compañía, común para todos los empleados, en el que empresa y trabajador aportan conjuntamente entre un 5% y un 6% de su salario anual.
Telefónica busca adaptar su política de retribución a la de sus grandes competidores internacionales, así como a muchas de las principales corporaciones españolas. Con el nuevo plan de jubilación, la operadora quiere mejorar su posición a la hora de retener y captar talentos, clave en el nivel competitivo que ha alcanzado el grupo.
Además, Telefónica busca un trato equitativo entre todos sus directivos. Los principales ejecutivos de O2, la operadora adquirida por Telefónica el pasado enero por 26.000 millones de euros, ya cuenta con programas similares, según aseguran en fuentes cercanas al grupo. Previsiblemente, el plan de jubilación previsto para España se extenderá posteriormente al resto de mercados en que está presente Telefónica.
Con el nuevo proyecto, además, la operadora abandona la política de blindaje de directivos, introducida en la etapa de Juan Villalonga al frente de Telefónica, para lograr una fidelización de ejecutivos a más largo plazo.
El plan de jubilación completa el diseño de la nueva política de retribución a directivos de Telefónica, basada en elevados porcentajes de salario variable, en función de objetivos –puede llegar al 50% del sueldo total– y que además incluye incentivos ligados a la rentabilidad del inversor.
Como adelantó EXPANSIÓN el pasado 12 de mayo, la operadora aprobó un plan de incentivos y fidelización para dos mil directivos de la compañía, que está directamente ligado a la rentabilidad total que reciban los accionistas. Este proyecto tiene un periodo de aplicación de siete años y consiste en el reparto de acciones de la operadora.
El criterio de reparto se fija de acuerdo a la rentabilidad total que perciban los accionistas, y para ello se fijará como referencia el ránking de las 30 mayores empresas de telecomunicaciones del mundo. Los dos mil directivos que se beneficiarán del plan de incentivos pueden llegar a percibir conjuntamente más de 750 millones de euros.
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