El sistema de paro español tiende a desincentivar la rápida reincorporación de los parados al mercado laboral, al ser el país que más gasta (junto con Polonia) en subvenciones para las personas que se encuentran sin trabajo.
Además, aparece como el Estado que dedica menor parte de su presupuesto a impulsar las actividades de los Servicios Públicos de Empleo. Otra carencia es que el gasto nacional en formación se queda en 479 euros anuales por desocupado, frente a los 1.327 euros de la media europea.
El comportamiento y la comparación de los sistemas comunitarios de protección al desempleo figura en un informe, denominado “Euroíndice” de frecuencia trimestral, realizado por la multinacional Adecco. El documento aborda la situación de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España, Portugal y Polonia, que aportan alrededor del 75% de la población y del Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión de los Veinticinco.
El objetivo del análisis es evaluar la fortaleza o debilidad laboral de los Estados. Para su elaboración, los autores del estudio han tenido en cuenta la creación de empleo, la relación entre el salario real y la productividad, el comportamiento de los colectivos con más dificultad para trabajar y la adaptación a los cambios económicos.
Este tipo de informes, además de servir a los intereses de las empresas que los confeccionan, permite conocer determinadas características de los mercados de trabajo.
Por ejemplo, su contenido desvela que en 2004, la Europa de los Veinticinco gastó en políticas de empleo una media equivalente al 2,25% del Producto Interior Bruto (PIB). En España esa aportación fue inferior, se quedó en el 2,1%. El caso extremo estuvo protagonizado por Alemania que destino el 3,45% de su riqueza.
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