Galicia presenta unas condiciones excepcionales para la práctica de la acuicultura, actividad que, incluyendo la producción de mejillón -mayoritaria hasta la fecha-, da empleo directo a unas 10.000 personas en la comunidad. Así lo afirmó ayer el director del Centro Oceanográfico de Vigo, Alberto González-Garcés, quien intervino en unas jornadas organizadas por el Club Financiero de Vigo y se mostró partidario de diversificar el monocultivo mejillonero, tanto porque es difícil que se incremente su demanda, como porque hay que potenciar la acuicultura de peces.
El futuro de la acuicultura viene dado, en opinión de González-Garcés, por la evidencia de que la pesca extractiva no es suficiente para cubrir la demanda de productos del mar. Los mayores niveles de consumo de pescado aconsejan una producción intensiva de especies como rodaballo, besugo, lenguado, merluza, así como de centolla o pulpo, alternativas todas ellas que podrían tener cabida en las aguas de la ría de Vigo, en opinión del director del Oceanográfico.
González-Garcés abogó, además, por una acuicultura sostenible desde el punto de vista social, económico y ecológico, cuyas instalaciones reduzcan el impacto ambiental, ofrezcan los máximos niveles de salubridad del producto y se desarrollen con procesos de eficacia tecnológica.
El director del Oceanográfico de Vigo también se mostró partidario de abrir nuevos mercados para la exportación de producciones obtenidas en granjas acuicolas y de arbitrar un consenso básico sobre los espacios físicos a utilizar por los parques de acuicultura, compatibilizando su presencia con otras actividades económicas.
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