ALREDEDOR DE dos mil personas se posicionaron ayer en Bilbao “Contra las deslocalizaciones de libro”, criticando el cierre planteado por la multinacional Reckitt&Benckiser en su planta de Güeñes y reivindicando el futuro laboral de una plantilla que ha recibido reconocimientos del propio grupo. De paso, dejaron algunos recados, léase «una mayor implicación de las instituciones», subrayaron, y alguna que otra patata caliente al hilo de la pregunta «¿Qué hará Trabajo con el ERE que le presente la empresa?».
La plantilla, por boca del presidente del comité de empresa, Natxo Velasco, ahondó en la proyección que tiene esa pregunta, exigiendo al Departamento de Trabajo que «se moje en el asunto». En este sentido, van a solicitar una entrevista con Joseba Azkarraga para trasladarle que, «en concordancia con la declaraciones realizadas por cargos de su departamento, sería incomprensible que el ERE fuera aprobado, porque en sus argumentos no contiene causa justificada o razones contempladas en la legislación vigente».
La dirección de la empresa tiene previsto presentar este próximo martes el Expediente de Regulación de Empleo (ERE). A nadie se le escapa que es un gesto para forzar el cierre, ante la falta de avances en la negociación sobre las alternativas planteadas y que, a juicio del comité, están carentes de contenido.
Las instituciones vascas fueron objeto del mayor número de misivas en el transcurso de una manifestación que transcurrió con absoluta normalidad, buena temperatura y paso tranquilo. Se tardó una hora en recorrer la distancia que va desde Sagrado Corazón hasta el edificio de la Diputación, donde se leyó un comunicado final y se recogieron firmas en contra del cierre.
Se criticó el abandono en un conflicto al que todavía le faltan varias entregas para ver una salida al túnel. «La consejería de Industria nos ha dejado solos», hizo hincapié Velasco en su alocución, que previamente cargó sobre su responsable: «La consejera de Industria está ausente porque no nos recibe. Es incompetente porque dice que el cierre no está justificado, pero emplaza al comité de empresa a llegar a un acuerdo. Es irresponsable porque lanza a la opinión pública cifras de recolocaciones sobre proyectos que manifiesta no conocer». Duras palabras, producto del malestar que ha ido acumulando la plantilla en el mes transcurrido de este conflicto y que ayer buscó una válvula de escape al mirar al Ejecutivo y exigirle que ayude a deshacer «un entuerto donde el único responsable es una multinacional que ni siente ni padece», comentó un trabajador en los prolegómenos.
La plantilla dijo lamentar «la política de avestruz» de algunos agentes en este contexto, al que el ERE pondrá más incertidumbre. «Sin embargo, esta decisión no es la más trascendental. Lo verdaderamente importante ha sido la decisión de cierre», se recordó a pie de Gran Vía.
Velasco, que no escapó a la emoción de ver a una plantilla arropada por familiares y amigos, tampoco desaprovechó la ocasión para mirar alrededor y aclarar que el conflicto de Reckitt no es sólo comarcal. «Todos somos Reckitt y por eso apelamos a la comprensión de la sociedad vasca. Euskadi se merece algo mejor que una sucesión de crónicas de cierres patronales».
Un planteamiento que entronca con los últimos conflictos vividos en Enkarterri y la necesidad de que entre todos se haga un ejercicio de exorcismo para responder a las pesadillas: «Los intereses especulativos están afectando seriamente al empleo. Tiburones que llegan para coger presa y a los que nadie pone coto». Ceder en ese terreno representa, como expuso Velasco, «decirles a nuestros hijos que viven en una jungla y a nuestros padres, que les hemos fallado».
Un mensaje que buscó ese público familiar, padres e hijos, que escuchaba y al que Velasco acudió en última instancia para buscar complicidad: «Pedimos, en definitiva, que se respete nuestro derecho a salir de esta pesadilla y ganarnos la vida como hasta ahora hemos hecho, con el orgullo de ser parte de un país que cree en el trabajo como medio para dignificar la vida de las personas». Sonó un aplauso y a Velasco se le vio emocionado.
http://www.deia.com/es/impresa/2006/10/22/bizkaia/ekonomia/301003.php
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