Baleares, Madrid y Murcia son las comunidades autónomas donde la inmigración tiene más peso en sus economías, según el informe sobre la Inmigración en España elaborado por los Servicios de Estudios de la Cámaras de Comercio.
Este documento, realizado con datos del cierre de 2005, señala además que Extremadura, Galicia y Asturias son las comunidades que menos dependen de la mano de obra inmigrante.
Los datos del informe revelan que en Baleares los extranjeros suponen el 18,9 por ciento de la cifra total de ocupados -ocho décimas más que la media nacional situada en el 10,9 por ciento-, mientras que, en Madrid, los inmigrantes representan el 17 por ciento de total de la población ocupada y, en Murcia, el 16,3 por ciento.
Estos datos no tienen su paralelismo en el número de afiliados a la Seguridad Social ya que Murcia se coloca a la cabeza de inmigrantes afiliados con un 16,9 por ciento, seguida de Baleares (15,1 por ciento) y Madrid (13,3 por ciento), todas ellas por encima de la media nacional situada en el 9,3 por ciento.
Baleares es la comunidad que, en términos demográficos, tiene mayor número de extranjeros en su territorio, con el 15,9 por ciento, seguido de Madrid, con el 13,1 por ciento, Murcia y Valencia, ambas con el 12, 4 por ciento.
En el lado opuesto están las comunidades de Extremadura, donde sólo el 2,4 por ciento de los ocupados proceden de otros países, Galicia, con el 2,9 por ciento, y Asturias, con el 3,1 por ciento.
Por ello, son las tres comunidades autónomas que menos afiliados procedentes del extranjero tienen a la Seguridad Social, ya que Extremadura tiene el 2,6 por ciento del total; Galicia, el 2,9 por ciento, y Asturias, el 3 por ciento.
Además la población procedente de otros países en estas comunidades es la menor, puesto que en Extremadura supone el 2,3 por ciento, mientras en Asturias y Galicia es del 2,5 por ciento.
A excepción de Baleares, Canarias y Andalucía, donde el grueso de la población procede de la Unión Europea, en el resto de España, son los ciudadanos de América del Sur, con un 34,9 por ciento de media nacional, los más numerosos, con ecuatorianos (13,3 por ciento) y colombianos (13,3 por ciento) a la cabeza.
La población procedente de la UE supone el 20,8 por ciento del total de inmigrantes, mientras que los ciudadanos de países europeos no pertenecientes a la Unión Europea representan ya un 15,5 por ciento, con rumanos (8,5 por ciento) a la cabeza, seguidos de búlgaros (2,5 por ciento) y ucranianos (1,8 por ciento).
Los ciudadanos africanos representan un 19,1 por ciento y, de este continente, la colonia marroquí es la más numerosa, con un porcentaje del 13,7 por ciento.
La participación de los inmigrantes en el mercado de trabajo español supera el 10 por ciento en términos de empleo y su edad mayoritaria se sitúa entre los 20 y los 40 años.
Su tasa de actividad está en el 75,5 por ciento frente al 57,4 por ciento de toda la población y la tasa de paro es mayor (11,5 por ciento frente al 9,2 por ciento) entre las mujeres.
Los sectores intensivos de manos de obra no cualificada (construcción, agricultura, hostelería y servicio doméstico) son los que concentran la mayor parte del empleo inmigrante, según el estudio elaborado por las Cámaras de Comercio.
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