El sector del transporte terrestre internacional enfrenta riesgos derivados de excesivas demoras en las fronteras, agentes de control fronterizo ineficientes o corruptos, y la vulnerabilidad de los conductores a las enfermedades de transmisión sexual como VIH/SIDA.
Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en muchos casos la escasa infraestructura, la ineficiencia en los trámites oficiales y los agentes fronterizos poco profesionales afectan las condiciones de vida y trabajo de los conductores internacionales al cruzar fronteras en todo el mundo.
"En las carreteras y cruces de fronteras en Europa, África, América y Asia, temas como las políticas de visado constituyen obstáculos importantes para los conductores, e incluyen restricciones a su derecho a trabajar", explicó el experto en transporte de la OIT Marios Meletiou. "En muchos casos, el aumento en el costo de transporte causa interrupciones en los ciclos de fabricación y entrega".
Mientras que, por ejemplo, el período oficial de tiempo para obtener un visado Schengen válido en la Unión Europea (UE) en 2005 era de un promedio de cuatro días, el tiempo actual para conductores internacionales de autobuses y camiones provenientes de países fuera del Tratado de Schengen como Kazajstán, Marruecos, Ucrania y Turquía varía de 1,5 días para un conductor turco a 31,5 para un conductor kasako.
En África, los trámites de aduana involucran entre 20 y 40 partes interesadas, 40 documentos y 200 elementos de datos, 30 de los cuales estaban repetidos por lo menos 30 veces. Además, de acuerdo con un estudio de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) sobre las condiciones laborales de los conductores de camón de siete países de África Central realizado en 2005, todos estos trabajadores han experimentado demoras que van de dos a cinco días en el cruce de fronteras.
Según el Sindicato Internacional del Transporte Terrestre también han sido registrados retrasos excesivos en el cruce de fronteras en Europa. Algunos transportistas informaron de esperas de entre 12 y 48 horas en la frontera entre Polonia y Belarús, entre 20 y 48 horas en la frontera entre Finlandia y la Federación de Rusia, y entre 12 y 72 horas en la frontera de Letonia con la Federación de Rusia y Belarús.
Períodos de espera excesivamente largos también fueron registrados en el cruce de fronteras con Asia, hasta de 72 horas entre Turquía e Iraq, y entre la Federación de Rusia y los países de Asia Central.
Además, pagos no oficiales y abusos representan un serio problema para conductores, empleadores, gobiernos y hasta para los consumidores. Los conductores y las compañías de transporte por carretera absorben la mayor parte de los gastos, pero el gobierno pierde derechos aduaneros sobre las mercancías, y los costos con frecuencia se trasfieren a través de la cadena de distribución a otras empresas y finalmente al consumidor.
El informe también se refiere a la vulnerabilidad de los trabajadores de este sector a las enfermedades de transmisión sexual como VIH/SIDA, que tiene un impacto en muchas otras personas en todas las zonas donde trabajan y viven.
"La afluencia de hombres y mujeres jóvenes en la industria es necesaria para mantener la sostenibilidad del sector y para responder al aumento de la demanda de transporte terrestre", destacó Meletiou. "Tenemos que garantizar que las condiciones de vida y de trabajo de los conductores internacionales mejoren en forma constante y que este sector siga ofreciendo oportunidades laborales atractivas para trabajadores de todo el mundo".
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