A Peter Hartz, jefe de personal del grupo de automoción germano, se le acusa en un dossier de 63 págines de "abuso de confianza", al haber urdido un sistema de incentivos bajo cuerda en favor de los miembros comité de empresa de la firma, a cambio de su votación favorable en el consejo de administración.
El fiscal del tribunal de Braunschweig, Joachim Geyer explica que se acusa a Hartz de malversación de fondos, ya que se ha demostrado que utlizó el dinero de Volkswagen para fines distintos a los aprobados. Ese delito está claramente tipificado e implica automáticamente fuertes sanciones.
Se imputa a Hartz, quien fuera asesor laboral del gobierno Schroeder, de haber autorizado pagos en efectivo por valor de 400.000 euros en beneficio de Adriana Barros, la amante brasileña del jefe del comité de empresa Klaus Volkert. Volkswagen terminaba pagando orgías sexuales sin saberlo.
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