El constructor automotor alemán Volkswagen (VW) anunció ayer martes la supresión de 4.000 empleos en su fábrica en Forest, en Bruselas, en el marco de un gran programa de reestructuración para hacer frente a sus dificultades económicas. Diez años después del cierre de la fábrica de Renault en Vilvorde (norte de Bruselas) y el despido de 3.000 asalariados, Bélgica tenía la impresión de vivir este martes "una nueva catástrofe nacional" que afectará a más del 70% del personal de la fábrica de VW, donde trabajan 5.400 trabajadores (200 de ellos de manera temporal. "Es una catástrofe nacional, económica y para el empleo", reaccionó la alcaldesa de Forest, Corinne de Permentier.
Por su lado, el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, dijo estar "conmocionado" por el hecho de que consideraciones nacionales de parte del productor alemán hayan motivado la supresión de esos puestos en Bélgica. "Estoy decepcionado de constatar que son esencialmente consideraciones nacionales que constituyen el fundamento de esta decisión", afirmó Verhofstadt, en referencia al hecho de que el modelo de VW que se producía hasta ahora en Bélgica pase a fabricarse en Alemania.
El anuncio de la brutal supresión de puestos fue formulado durante una reunión del comité de empresa en Bruselas, informaron responsables sindicales, después de que la dirección de VW evitase precisar la cifra exacta del recorte en un comunicado difundido poco antes.
En ese texto, la dirección del grupo se limitó a anunciar el fin de la fabricación en Bélgica del Golf, el principal modelo producido en Forest a un ritmo de 20.000 unidades anuales. Además de ese modelo, la fábrica de Bruselas se encarga del ensamblado del Polo, pero en una cantidad mucho más reducida. El Golf será producido a partir de ahora en dos fábricas alemanas, en Wolfsburg y Mosel (norte y este del país, respectivamente).
En el marco de una gran reestructuración, Volkswagen, confrontado a dificultades económicas, ya había adelantado la supresión en tres años de 20.000 empleos en Alemania, lo que significa una quinta parte de sus efectivos. Otras fábricas en Europa Occidental, en España y Portugal, también se encuentran bajo la amenaza de un brutal recorte de este tipo.
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