La Policía Nacional detuvo en Segovia a un total de 19 personas como presuntos autores de delitos de inmigración ilegal y explotación sexual en el marco de una operación de la Comisaría General de Extranjería y Documentación que comenzó en julio pasado y en la que se ha detenido, en toda Castilla y León, a 29 personas.
Según informaron a Europa Press fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Segovia, la Policía detuvo a dos personas, una de nacionalidad española y otra brasileña, en un club de alterne situado en las afueras de la capital como presuntos autores de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por tener trabajando a inmigrantes sin el obligado contrato laboral y sin el alta en la Seguridad Social.
En este mismo local, también fueron detenidas seis mujeres, cinco de nacionalidad brasileña y una rumana, por infringir la Ley de Extranjería al no contar con los oportunos permisos de trabajo y residencia.
En Cantalejo, en otro club de alterne, la operación se saldó con dos españoles detenidos por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y dos mujeres brasileñas por infringir la Ley de Extranjería.
En otra localidad cercana a la capital fueron detenidos un español y una brasileña por atentar contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y por no contar con permiso de trabajo ni de residencia.
Finalmente, en la propia ciudad de Segovia, se procedió a la detención de otra persona que tenía trabajando a ciudadanos extranjeros sin contrato y sin estar dados de alta en la Seguridad Social, así como a tres mujeres brasileñas que no tenían los permisos oportunos.
La Comisaría General de Extranjería y Documentación, junto a comisarías de la Policía Nacional de la Región, entre ellas la de Segovia, y la Unidad de Coordinación Internacional y Agregaduría del Ministerio del Interior de España en Brasil, iniciaron esta operación en julio pasado con el fin de desarticular una organización dedicada a la introducción de mujeres de nacionalidad brasileña para ser explotadas sexualmente en diferentes locales de alterne de Castilla y León.
Tras las declaraciones de varias víctimas, que habían huido de esta red, se pudo identificar a sus componentes, así como determinar su 'modus operandi'.
Esta organización, a través de varias personas en Brasil, concretamente en el Estado de Tocantins, ubicado en el centro del país, captaba a mujeres jóvenes que pretendían lograr una vida mejor en España con falsas promesas de trabajo en la hostelería y en el servicio doméstico.
Así, la principal cabecilla, una mujer brasileña, era la encargada de recibir a las diferentes mujeres y explicarles las actividades que debían desarrollar, así como de informarles de la 'deuda' que habían contraído con dicha organización, que ascendía a unos 3.000 euros que debían sufragar con su trabajo en el club de alterne.
Una vez montado el dispositivo policial, se controló en numerosas ocasiones a varios miembros de la red que recogían a ciudadanas brasileñas en el aeropuerto de Barajas (Madrid) y que trasladaban después a varios domicilios en Segovia, viviendas que controlaba la mujer cabecilla de la operación.
Esta mujer aleccionaba previamente a las jóvenes brasileñas que llegaban a Barajas y las iba distribuyendo por los tres locales donde tenía influencia, una situación que conocían los propietarios de los clubes de alterne.
Además, para controlar la situación, en ocasiones se obligó a las mujeres a tomar sustancias estupefacientes para que siguiesen trabajando en los clubes de alterne o incluso para interrumpir embarazos.
El subdelegado del Gobierno en Segovia, Juan Luis Gordo, resaltó la importancia de esta operación contra la inmigración ilegal y los delitos contra los derechos de los trabajadores extranjeros y la explotación sexual.
Al tiempo, insistió en que el Gobierno sigue trabajando 'para acabar con este tipo de situaciones' y subrayó que esta actuación cobra 'especial relevancia' en la jornada de hoy, en la que se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género.
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