La dirección de Delphi en Tarazona anunció el pasado viernes al comité de empresa que 267 trabajadores estaban afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), de los cuales 213 son empleos directos y 54 indirectos. No obstante, sólo 250 se atendrán a estas condiciones finalmente aunque la empresa baraja una cantidad superior para tener 'un mayor margen de maniobra', según explicó el presidente del comité de empresa de la compañía, Javier Alegría.
Por otro lado, once de los trabajadores directos que serán despedidos no pertenecen a las personas que se presentaron como voluntarios para acogerse al ERE. 'No se entiende que hagan salir a alguien que no quiere hacerlo si además se presentaron más de 350 trabajadores como voluntarios', expresó el responsable de la Federación de Industria de OSTA, Carlos Casañal.
'Los trabajadores, continuó, eguirán con la incertidumbre unos meses más y se verán obligados a aguantar la situación sin poder ir buscando otro trabajo'. Los despidos se realizarán progresivamente desde el mes de enero a los meses de verano del año que viene. Los trabajadores recibirán una notificación particular en la que les comunicarán su fin de contrato.
'Entre hoy y mañana se prevé que la dirección de la empresa presente la documentación necesaria, el acuerdo con el Comité de Empresa y el listado de los empleados propuestos a la Autoridad laboral y sólo quedaría esperar a que la Dirección General del Trabajo aprobase el ERE. Imagino que en un mes se admitirá y para enero o febrero comenzarán a salir los primeros trabajadores', declaró Javier Alegría.
El motivo que expone la empresa para llevar a cabo esta reorganización es la presión de los precios de la competencia, por lo que pretenden llevar la elaboración del cableado 'John Deere' a una planta en Portugal que, al parecer, según la empresa, reducirá los costes. La elaboración de cableado para automóvil continuará en Tarazona.
Para la empresa, esta decisión se engloba dentro del plan de reestructuración europeo y responde a la 'estrategia' de Delphi de reasignar la producción actual con el objetivo de posibilitar el futuro de las operaciones. Conllevará, según ésta, la 'necesaria adecuación' de la estructura directa e indirecta, pero a su vez permitirá ofrecer un proyecto de futuro a los trabajadores de Delphi Tarazona.
Para Carlos Casañal, la decisión de deslocalizar parte de la empresa 'no tiene demasiado sentido ya que, aunque a simple vista en Portugal pagan unos suelos a mitad de precio (540 euros) y que la producción del cableado sale a 12 euros la hora, mientras que en Tarazona sale a 23 euros la hora, esta empresa también tiene una planta en Tánger, que pretender ampliar, y en la que se produce el cableado a cuatro euros la hora'.
'No comparto este traslado, continuó Casañal, porque pienso que es un posible trámite intermedio y que Portugal no va a ser el destino final. Entre los 13 millones de euros que van a tener que gastarse en indemnizaciones, en el traslado y en el resto de sueldos a los trabajadores portugueses, no sacarían rentabilidad hasta cinco años después'.
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