El Gobierno francés ha dado hoy el primer paso para acabar con el monopolio que tienen en el sector privado cinco grandes confederaciones sindicales (CGT, CFDT, FO, CFTC y CGC) desde los años 50.
Con ese fin, el primer ministro, Dominique de Villepin, pidió a los titulares de Empleo y Trabajo, Jean-Louis Borloo y Gérard Larcher, respectivamente, que comiencen a trabajar en un anteproyecto de ley sobre la representatividad sindical en Francia.
Ese anteproyecto deberá ser negociado con los agentes sociales, precisó Villepin, en una rueda de prensa tras recibir un informe del Consejo Económico y Social (CES) que aboga por una reforma sobre la representatividad sindical.
El jefe del Ejecutivo no fijo ningún calendario para el voto de ese texto.
Villepin dijo ser 'consciente' de que esta cuestión es 'difícil', pues supone retocar el modelo 'histórico' social francés, pero consideró que sería 'irresponsable no adaptarse a los nuevos tiempos'.
'Si queremos sindicatos fuertes, capaces de representar al conjunto de los asalariados, necesitamos que sean lo más legítimos posibles', afirmó.
Las leyes sobre la representatividad sindical de 1950, actualizadas en 1996, confieren a las cinco grandes confederaciones sindicales una 'presunción irrefutable de representatividad'.
El CES propone ahora que la representatividad sindical se abra a todas las organizaciones sindicales 'legalmente constituidas e independientes' y que sea el resultado de 'consultas que permitan a todos los asalariados, y cualquiera que sea el tamaño de la empresa, elegir a sus delegados'.
Esta cuestión divide a los agentes sociales. Así, mientras que la CFDT y la CGT están a favor, las otras tres centrales sindicales y la patronal Medef están en contra.
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