La tasa de desempleo urbano en América Latina bajó por cuarto año consecutivo en 2006, desde 9,5 por ciento a 9 por ciento, lo que representa un escenario favorable para avanzar en en la generación de trabajo decente y enfrentar los problemas de pobreza y desigualdad en la región, mientras que si bien Chile tiene una tasa menor al promedio regional, aún persisten importantes desafíos, sostuvo la OIT.
Al presentar el “Panorama Laboral 2006", la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), destacó que la reducción de medio punto en el desempleo urbano se registró al comparar los primeros tres trimestres de este año con igual período de 2005, al tiempo que la tendencia a la baja ha sido constante desde 2002 cuando alcanzó a 11,4 por ciento.
Para 2007 en tanto, se estima que podría experimentar otra leve baja, para ubicarse en 8,8 por ciento, según las proyecciones de la OIT, mientras que esta tendencia de reducción debería acentuarse aún más para lograr alcanzar el nivel de 7,1 por ciento que presentaba en 1990.
En todo caso, el desempeño económico de América Latina y el Caribe siguió con cifras satisfactorias, con un crecimiento proyectado de 5,1 por ciento para la región en 2006, en comparación con el 4,6 por ciento registrado en 2005.
El informe fue presentado por el director de la Oficina Subregional de la OIT, Guillermo Miranda y por el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, quien se refirió a algunos aspectos del mercado laboral chileno.
Según la entidad, el crecimiento sostenido de las economías de la región “se está reflejando en la evolución positiva de algunos de los principales indicadores del mercado del trabajo". Además de la reducción del desempleo, se observó un mejoramiento en los salarios reales en las áreas urbanas y una reducción de la brecha de género en los principales indicadores del mercado laboral y del desempleo juvenil.
Sin embargo, el comportamiento de los indicadores de empleo fue modestamente más favorable para los hombres que las mujeres.
A juicio de la OIT, a pesar del crecimiento económico, persisten los déficit de trabajo decente y en este sentido, el porcentaje de los desempleados, subempleados por insuficiencia de horas y ocupados de bajos ingresos, alcanzó un 44,6 por ciento de la población económicamente activa en 2005, casi sin variación respecto del año 2000, con 44,4 por ciento. En este aspecto, difícilmente la región logrará la primera meta del milenio de reducir la extrema pobreza a la mitad en 2015, aún cuando algunos países hayan logrado avances importantes.
No obstante, el informe advierte que el mercado laboral presenta problemas estructurales que es necesario abordar para combatir la pobreza, como una persistente desigualdad en los ingresos laborales, que además va acompañada por un desempleo mucho más fuerte entre quienes ya están en condiciones de desventaja económica.
De acuerdo a los antecedentes difundidos en el informe, la tasa de desempleo urbano de la población más pobre que vive con menos de dos dólares por persona al día, es 2,9 veces mśa alta que la de los no pobres y la tasa para los 80 millones de personas en situación de indigencia que cuenta con menos de un dólar diario es 4,1 veces más alta.
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