Los exámenes de la Oferta Pública de Empleo de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) empezaron el miércoles con las tres «pruebas masivas», en descripción del propio director de Recursos Humanos de la entidad, José Andrés Blasco, y otras cuatro que reunían a un número inferior de aspirantes. En total, se presentaron unas 40.000 personas, que abarrotaron el Bilbao Exhibition Centre en sucesivas avalanchas y llegaron a saturar los accesos a la feria baracaldesa.
Esta primera fase de exámenes, con 70.000 inscritos, entre ellos 20.000 guipuzcoanos, se prolongará hasta el viernes por la tarde, aunque todavía quedarán otros 20.000 aspirantes para la siguiente tanda de evaluación, que se celebrará ya en febrero del año que viene.
Blasco reconoció los «sudores fríos» que acometían a los responsables de Osakidetza cada vez que se paraban a pensar en la magnitud de las pruebas. De hecho, elaboró un resumen en cifras que recordaba poderosamente a los anuncios de los conciertos de rock: las oposiciones ocupan 50.000 metros cuadrados, con dieciocho kilómetros de mesas, 19.450 sillas y tres kilómetros de cintas de balizamiento. A lo largo de los tres días se emplearán casi cuatro toneladas de papel y la megafonía tiene una potencia de 70.000 vatios. «Parecemos los Rolling», bromeó el director, que se mostró muy satisfecho en su balance final de la jornada: «La noticia es que no hay ninguna noticia. Todo ha salido estupendamente y se recordará como un examen masivo que se ha hecho bien», valoró.
No obstante, hubo incidentes que alteraron la marcha normal de las pruebas, si bien Blasco los redujo a la categoría de «pura anécdota». Los accesos al BEC, congestionados durante buena parte del día, eran un calamitoso embudo a primera hora de la mañana, cuando acudían las 17.500 personas que se presentaron al examen en la categoría de celador. Pese a que Metro Bilbao dobló la frecuencia de sus convoyes, éstos llegaban atestados, hasta el punto de que se produjo algún desmayo entre los pasajeros. Por carretera, el colapso obligó a algunos opositores a apearse y acudir corriendo por el arcén.
Protesta
Ya dentro de los pabellones reconvertidos en aulas, los aspirantes a celador se toparon con la protesta de una treintena de miembros de Euskal Herrian Euskaraz, que profirieron gritos en demanda de más plazas con perfil y fueron perseguidos entre las mesas por vigilantes de seguridad y ertzainas. Algunos se encadenaron y obligaron a la Policía autónoma a acudir con cizallas. Blasco lamentó la «falta de respeto» hacia quienes se jugaban su puesto de trabajo y agradeció «el civismo de las personas molestadas», que evitó que el incidente degenerase en altercado.
La corrección de las pruebas corre a cargo de 110 tribunales, que cuentan con la inestimable ayuda de cinco lectoras ópticas capaces de revisar entre cuatro y cinco exámenes por segundo. Esta prodigiosa velocidad llevó a Osakidetza a anunciar en su momento que los resultados sólo tardarían tres horas en aparecer en la web, pero el proceso topó con obstáculos imprevistos como «el problema material de las hojas dobladas».
El atasco en la evaluación de los celadores afectó a las demás categorías de la jornada: a las 20.00 horas, sólo se habían colgado los resultados de las enfermeras de salud mental y los técnicos de radioterapia, que ni siquiera llegaban a sumar 300 aspirantes. Sí se iban publicando, con cierta demora, las respuestas correctas de los tests, de manera que los opositores pudieran autoevaluarse.
La segunda jornada se presentó mucho más tranquila en el BEC ya que "solamente" había 8.833 personas inscritas en once categorías.
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