El turismo deportivo es un negocio que mueve más de cuatro trillones de dólares cada año en todo el mundo, y uno de los segmentos que más ha crecido dentro del sector en los últimos años, hasta alcanzar el 10% del total de los desplazamientos. Asistir a eventos deportivos en el extranjero es una posibilidad atractiva para los turistas, pero también lo es cada vez más para las empresas que deciden “mimar” a sus empleados, más allá de lo que contemplan sus propias políticas retributivas, o a los clientes, que encuentran en estas experiencias un valor añadido de proximidad con la empresa.
En los últimos años se ha invertido una tendencia tradicional en la manera en que las empresas retribuyen a su personal, pasando de ofrecer un salario fijo que alcanzaba hasta el 80% del total de la retribución, frente a un 20% variable, a ofrecer muchos más incentivos que motiven al trabajador y le comprometan emocionalmente con la empresa. La relación de las compañías con sus clientes también está registrando nuevas tendencias, como son la búsqueda de proximidad y de contacto personal entre ambas partes, para favorecer un entorno de confianza.
En este sentido, una de las actividades que empieza a destacar en el entorno empresarial es el turismo deportivo, ya que permite vivir experiencias diferentes y emocionantes que unen a las personas que las comparten. Close 2 sports es una empresa pionera en España en este segmento de mercado, y aunque todavía no hace un año de su creación, ya ha incorporado a su cartera de clientes a algunas de las grandes compañías de nuestro país. Según Alberto Bernaldo, Managing Partner de Close 2 Sports, “las multinacionales son las primeras que han apostado por esta modalidad como incentivo para trabajadores o clientes”.
Motivar al empleado con incentivos emocionales
Frank Hendrickx, cofundador de Close 2 Sports junto a Bernaldo, afirma que “actualmente la mayoría de la gente ya no desea regalos materiales como incentivo, sino que busca emociones fuertes, cosas únicas y experiencias diferentes”. Algunas empresas han captado este mensaje y han apostado por ofrecer estos paquetes turísticos alternativos como incentivo a su plantilla.
Ana Savic, ejecutiva de la agencia de publicidad KSBSJ de Zurich, Suiza, organizó hace algunos meses una visita a Barcelona para un grupo de cuarenta empleados. El paquete turístico incluía actividades como una cena privada en el Museo Picasso, seguida de una fiesta particular en uno de los mejores clubs de la ciudad, al que los asistentes podían llegar en diversas limusinas encargadas especialmente para ello. Para Ana Savic, “todos estos detalles hicieron que la visita a Barcelona fuera realmente una experiencia muy diferente y original, más atractiva incluso que una bonificación económica a final de mes”.
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