Las embarazadas alemanas están haciendo todo lo posible para dar a luz después del 1 de enero, fecha en la que entra en vigor un generoso programa gubernamental de ayudas. Los medios de comunicación se han llenado de recomendaciones y advertencias de médicos y parteras sobre la forma de retrasar el parto hasta principios de año. Pese a que los ginecólogos han advertido de los posibles peligros que entrañan estas prácticas, reconocen el atractivo de un incentivo económico que puede llegar a 25.200 euros. «Esperamos un bloqueo el día de Año Nuevo y tendremos a todo el personal a mano», dijo Klaus Vetter, jefe del hospital Vivantes, de Berlín.
Preocupado por la reducción de la población y el récord a la baja de la natalidad que se registró en el 2005, el Gobierno alemán ha aprobado una serie de medidas para alentar a las parejas trabajadoras a tener hijos. Pero de este programa sólo se beneficiarán los bebés nacidos a partir del 1 de enero. Entre los incentivos, destaca el que permitirá percibir dos tercios del salario mensual neto durante doce meses y hasta un máximo de 1.800 euros a todos los padres que reduzcan la jornada laboral para cuidar de los recién nacidos. Además, si el otro progenitor toma otros dos meses de baja, el beneficio se amplía hasta 14 meses.
«Todo esto debería ser una señal de que nuestra sociedad quiere compensar las pérdidas económicas a las que se enfrentan los padres», declaró la ministra de Familia, Ursula von der Leyen.
Christian Albring, presidente de la Asociación alemana de ginecólogos, confirmó al Berliner Zeitung que todas sus pacientes han preguntado por la forma en que pueden prorrogar sus embarazos hasta enero. «Todas han preguntado por la posibilidad de retrasar el parto, pero nadie quiere poner en riesgo la salud de los bebés», aseguró. Evitar el vino tinto, el estrés, la cafeína y el ajo, además de la actividad física o sexual, están entre los métodos naturales recomendados para impedir el parto. Una doctora embarazada, Lucia C., declaró que su fecha de parto era el 7 de enero y que había calculado que, si el bebé llega antes, perderá 15.000 euros. «Me voy a relajar tanto como pueda», declaró.
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