En poco más de un año, Aragón habrá culminado la segunda y penúltima fase del plan de construcción de depuradoras. En ese momento se habrá culminado el listado de 132 nuevas depuradoras de aguas residuales, algunas ya operativas, otras en obras y otras pendientes de construir en la actualidad.
En su conjunto, la inversión asciende a 1.062 millones de euros, que se financia mediante el sistema de concesión de obra pública, de tal forma que aquellas empresas a las que se adjudica cada planta la construye y recupera la inversión, con el beneficio industrial correspondiente, a través de las tasas por depuración de aguas que ingresa a lo largo de los veinte años en los que también disfruta de la explotación de esas depuradoras.
Pero, además del componente medioambiental de este plan de inversiones, lleva también aparejado otro directo en términos económicos. Según ha explicado a ABC el consejero aragonés de Medio Ambiente, Alfredo Boné, los cálculos que han realizado apuntan a que, además del empleo generado en la construcción de estas depuradoras, su funcionamiento supondrá la aparición de más de mil nuevos puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
La inversión de 1.062 millones de euros en la construcción de estas 132 plantas es el equivalente a tres veces el presupuesto del recinto que se está levantando en Zaragoza para la Expo de 2008.
Todas estas depuradoras se reparten en las trece zonas medioambientales en que, a estos efectos, se ha dividido el mapa aragonés. En siete se están construyendo las instalaciones en estos momentos, las de otras tres están a falta de firmar los contratos de obras y el resto de depuradoras estarán licitadas antes de un año, según el director general del Instituto Aragonés de Medio Ambiente, Alfredo Cajal.
Cuando todas ellas estén terminadas, se estará depurando el 90 por ciento de las aguas residuales urbanas de Aragón, es decir, las que salen de los colectores de los distintos municipios. Quedará el 10 por ciento, las aguas residuales de los núcleos de población más pequeños, de menos de 450 habitantes. El Departamento de Medio Ambiente ya está planificando la construcción de esas plantas, que deberán estar listas en el año 2015. Su instalación será la tercera y última fase del plan de depuración de aguas de Aragón.
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