El plan extraordinario de bonificaciones a la conversión de empleo temporal en fijo que contempla la reforma laboral ha finalizado su vigencia, de manera que a partir de hoy, 1 de enero, sólo habrá ayudas para la contratación indefinida de carácter inicial.
Este plan 'contra la temporalidad' entró en vigor a mediados de 2006 y expiró ayer, 31 de diciembre, con resultados 'muy satisfactorios', según fuentes del Ministerio de Trabajo consultadas por Europa Press.
El plan consistía en que los contratos temporales suscritos con anterioridad al 1 de junio de 2006 que se transformaran en indefinidos recibirían una bonificación de 800 euros al año durante tres ejercicios, siempre que la conversión se efectuara antes del 1 de enero de 2007.
Desde el 1 de julio, cuando entró en vigor la reforma laboral, hasta mediados del mes de diciembre de 2006, se habían registrado en el Inem más de 550.000 conversiones de temporales a indefinidos, el doble que en el mismo periodo de 2005.
A ello hay que añadir otro medio millón de contratos fijos suscritos en este periodo, de forma que en los seis primeros meses de aplicación de la reforma laboral se habrán efectuado más de un millón de contratos indefinidos.
De hecho, los últimos datos, facilitados por el propio ministro de Trabajo, Jesús Caldera, apuntan a más de 1,2 millones de contratos fijos entre julio y diciembre, cifra que supera el objetivo del Ministerio, revisado varias veces a lo largo de los últimos meses por los buenos resultados de la ley.
TRABAJO: TEMPORALIDAD INFERIOR AL 30% EN 2007
Finalizado el plan extraordinario de bonificaciones a la conversión, la reforma laboral pasará ahora su 'prueba de fuego'. Los sindicatos CC.OO. y UGT, firmantes de la reforma, lo han dicho en varias ocasiones: los datos son buenos pero habrá que ver cómo se comporta la contratación cuando no haya ayudas a la transformación de empleo temporal en fijo.
Para los sindicatos, la negociación colectiva cobra ahora un papel fundamental, pues a través de ella podrán vigilar el cumplimiento de lo pactado en la reforma y seguir poniendo coto al encadenamiento de contratos temporales.
Pese al buen funcionamiento de la reforma, la tasa de temporalidad española continúa siendo la más alta de la UE. En el tercer trimestre del año, cuando ya estaba en vigor la reforma laboral, la temporalidad repuntó en España hasta el 34,6%, si bien este periodo coincidía con los meses de verano, cuando suelen efectuarse numerosas contrataciones de temporada.
Trabajo calcula que la reforma laboral logrará reducir la temporalidad entre 1,5 y 3 puntos a finales de 2006, lo que situaría la tasa en el entorno del 33% ó 31%. Las previsiones para 2007 que maneja el Ministerio sitúan la tasa de temporalidad por debajo del 30%.
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