Con más de 300.000 integrantes, la comunidad rumana en España se ha convertido en una de las más amplias y visibles de todas las que en los últimos años han ido engrosando la inmigración a nuestro país. Un equipo de A Fondo ha comprobado cómo se integran entre nosotros.
Son los nuevos europeos. La familia de Andrea disfrutará de los mismos derechos que su hija nacida en España. Los más de 200.000 rumanos sin papeles podrán regularizar su situación desde el 1 de enero. A partir de ahora, las condiciones serán que todos aquellos rumanos residentes en España puedan tener un permiso de trabajo en base de un contrato que se entrega desde el Ministerio de Trabajo.
Augusto Constantin ha sido elegido presidente del PIR (Partido Independiente Rumano). Gracias a su incorporación a la Unión Europea, el próximo mes de mayo esta nueva formación se presentará a las elecciones municipales en Castellón. "Nuestro partido es un partido de centro que, sobre todo, defiende la integración de los rumanos y defiende a los ciudadanos españoles dentro del marco constitucional. Esperamos sacar tres concejales que serían suficientes para poder gobernar en coalición con alguno de los grandes partidos", explicaba Constantin.
Desde el Gobierno se impondrá una moratoria de dos años en el mercado laboral. El objetivo es evitar una llegada masiva de rumanos.
En el bar que regenta Iona, hay muchos clientes que esperan legalizar su situación. Aquí conviven rumanos y españoles a la hora de tomar el aperitivo. "Como es un bar mixto, se lleva bien, de maravilla. Los españoles con los rumanos nunca tuvimos problemas de nada", contaba Iona Voju.
Julián ha conseguido trasladar los sabrosos sabores de la comida rumana a su carnicería en Alcalá. Un negocio que ha abierto gracias a mucho esfuerzo. "En España no se mueren de hambre nada más que los tontos. Una vez que tienes un trabajo y quieres trabajar, si hoy no estás en un sitio, mañana estás en otro", aseguraba Julián Costea.
Este carnicero conoce bien cuáles son los puntos débiles de su pueblo. "Cada vez que hemos tenido una buena cosa, si no lo hemos vendido, lo hemos traicionado. Lo primero que tiene que aprender el rumano es a ser unido".
Negocios con propietarios rumanos como concesionarios de coches y locutorios crecen en las grandes ciudades. Una población asentada que no quiere que se le relacione con la imagen creada por algunos de sus compatriotas. "La mayoría tiende a asociar a los rumanos con los delincuentes, pero no todos son delincuentes, porque muchos somos trabajadores", comentaba Ilie Borca, propietario de un concesionario.
Su nueva situación, dentro de la UE, les permitirá comenzar una nueva vida lejos de su tierra.
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