La Ley de Dependencia, que tiene como objetivo garantizar la atención y cuidados de las personas mayores y discapacitados que no pueden valerse por sí mismas, entró en vigor el lunes con la ambición de beneficiar a más de un millón de personas.
"El gran proyecto social de los próximos años", según el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, otorga nuevos derechos a las personas dependientes, como la garantía de prestaciones como la teleasistencia, la ayuda a domicilio o las ayudas económicas a familiares cuidadores.
En España se calcula que hay más de 1.125.000 personas dependientes, la mayoría de más de 65 años, pero esta población, según las previsiones, aumentará en los próximos años.
La atención a los dependientes se realiza en el ámbito familiar y recae especialmente en las mujeres que no pueden llevar a cabo actividad laboral alguna. De hecho, y según datos del Libro Blanco, sólo uno de cada cinco familiares cuidadores tiene un empleo.
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, tiene previsto explicar con detalles en rueda de prensa el martes los pasos que deben dar los ciudadanos para recibir los servicios y prestaciones que pone en marcha esta ley.
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