Chirac pide a las empresas que accionistas y empleados reciban el mismo beneficio

En plena batalla para evitar la deslocalización de empresas e industrias a países con menor peso fiscal, el presidente francés, Jacques Chirac, anunció ayer ante empresarios y sindicatos que dejará en un minúsculo 10% el impuesto de sociedades para aquellas firmas que distribuyan a sus asalariados el mismo importe que a sus accionistas. Las empresas serán libres de redistribuir el importe mediante títulos o con subidas de sueldo. «La participación es una cuestión de justicia: los asalariados deben beneficiarse de una parte de los beneficios que contribuyen a crear con su trabajo», declaró Chirac, quien no mencionó el factor riesgo que todo accionista asume cuando realiza una inversión. Tras doce años de una presidencia caracterizada por la inercia económica, el presidente galo multiplica anuncios y promesas a cinco meses de culminar su segundo mandato. El veterano dirigente subrayó que el «asunto clave en los años venideros será la competencia fiscal entre naciones». Multitud de empresas, principalmente industriales, han dejado de producir en Francia en los últimos años para mudarse a zonas con menores costes laborales y fiscales, como China o Europa oriental. Chirac y su primer ministro, Dominique de Villepin, han izado la bandera de la vuelta al capitalismo popular y al patriotismo económico, único sendero, a su juicio, para «conservar las empresas francesas y atraer a otras» al territorio galo. Esta estrategia proteccionista va a contracorriente de la globalización económica y de la transferencia de competencias de los países comunitarios a la Unión Europea (UE). En este sentido, el veterano dirigente también fió al futuro, en concreto a dentro de cinco años, el objetivo de reducir el impuesto de sociedades de forma generalizada, del 33% actual al 20%. Una promesa que dependerá en realidad de quien le sustituya en el Palacio del Elíseo. Ya en 2002, el jefe de Estado se comprometió a rebajar el impuesto sobre la renta un 30%. La verdadera rebaja hasta la fecha ha sido del 8%. Asimismo, el presidente francés volvió a arremeter contra otro de sus habituales «enemigos» en política económica: la disciplina monetaria de la Unión Europea (UE). Chirac instó a la UE a hacer uso de su «soberanía económica» para rebajar el precio del euro para favorecer las importaciones. «La UE no puede ser el único conjunto continental que no utiliza ninguno de los instrumentos de la política económica, industrial, comercial y monetaria», aseveró el dirigente. La clase política francesa en su totalidad ha tomado al Banco Central Europeo (BCE) como chivo expiatorio de su deficiente balanza comercial, justo cuando Alemania, también en la zona euro, aumenta de forma importante sus exportaciones. Chirac volvió a insistir en las bondades de la fusión entre la gasista pública Gaz de France y la privada Suez, teledirigida por el Gobierno galo pero que ha sido aplazada por la Asamblea Nacional. «Es una fusión estratégica para Francia y para Europa», dijo, al tiempo que criticó los «cálculos de vista corta» de quienes intentan abortar la operación. La prensa gala ha informado de que el multimillonario François Pinault prepara una OPA por valor de 70.000 millones de euros, mientras que la oferta de Gaz de France valoraba Suez en 40.000 millones.