El poder adquisitivo de los trabajadores franceses del campo es de un 10% e incluso un 15% inferior al de la media de los hogares franceses. Las familias agricultoras perciben de media unos 29.000 euros anuales, según un estudio sobre los nuevos retos de la agricultura publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (Insee).
Este estudio señala además que la mitad de las familias agricultoras tienen que recurrir a un segundo empleo para poder llegar a final de mes. Este plus representa ya el 31% de los ingresos.
Según el Insee, una cuarta parte de los agricultores monoactivos son pobres ya que ganan menos de 7.740 euros al año. La precariedad en la que se encuentran estos trabajadores se traduce en la pérdida de peso del sector primario en la economía francesa. A pesar de que la producción en las explotaciones agrícolas se ha doblado desde 1960, la caída de los precios no ha podido parar el abandono del campo.
En los últimos 50 años, el número de explotaciones se ha reducido a la cuarta parte y el número de agricultores ha caído en un 80%. En 2005 había 1,3 millones de personas activas. La agricultura francesa sólo representa actualmente el 2% del PIB, cuando en 1978 era del 5%.
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