El ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, afirmó hoy, respecto al alto número de afiliados extranjeros a la Seguridad Social de 2006, que un 75% de los nuevos empleos fueron para españoles y que para 2007 se precisarán 200.000 trabajadores extranjeros más.
Del casi 1,9 millones de afiliados extranjeros "unos 700.000 o 800.000 son de la Unión Europea", dijo Caldera, a los que se suman "un gran porcentaje de hispanoamericanos, que trabajan con nosotros", seguidos de trabajadores marroquíes y "del área subsahariana".
Dicha cifra demuestra "la alta aportación que están realizando estos trabajadores al crecimiento económico de España" y su contribución "al sistema de Seguridad Social" prosiguió Caldera, en un aparte del Consejo informal de ministros de Trabajo y Asuntos Sociales de la UE, que se celebra en Berlín.
Caldera advirtió, sin embargo, contra "cierta percepción falsa" que se tiene ante esas cifras y dijo que, en 2006, de cada cien puestos de trabajo que se crearon 75 fueron para españoles.
"A veces oigo decir que la mayoría de empleo que se crea en España es mal empleo, porque lo ocupan extranjeros, lo que no es verdad", dijo el ministro, quien hizo hincapié en que el 75% de los 700.000 nuevos empleos fueron para españoles.
Caldera insistió en la necesidad de una inmigración legal, "que esta gente que venga lo haga con un contrato bajo el brazo" y cifró en 200.000 el número de trabajadores extranjeros que aún se precisa.
"España ha previsto que para este 2007 necesitamos 200.000 personas del exterior", dijo Caldera, quien calificó esta cifra de "número muy elevado".
"Vamos a cubrirlos legalmente", añadió, para destacar la importancia de que a esas personas se les brinden puestos de trabajo "de acuerdo al modelo social europeo".
El ministro hizo referencia así a los datos dados a conocer hoy, en Madrid, sobre el número de afiliados no españoles a la Seguridad Social, que a 31 de diciembre de 2006 alcanzaron los 1.823.974, de los que 350.298, lo que supone casi un diez% del total.
Caldera se refirió a los pasos que está dando la UE respecto a la inmigración circular -es decir, temporal- y al hecho de que en el Consejo informal de Interior y Justicia, celebrado esta semana en Dresde (este de Alemania), se acordó avanzar en esa dirección.
"La inmigración no es sólo un asunto de orden público, la capacidad de llegada de inmigrantes a Europa debe estar en consonancia con sus mercados laborales", indicó Caldera.
La mayor parte de la inmigración que llega a Europa "es económica", dijo el ministro, y la capacidad de los mercados laborales de cada país debe ser "el regulador".
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