La pirámide de población catalana se está rejuveneciendo. El crecimiento de la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) ha crecido un 11,5% en el último lustro en Cataluña, casi el doble del crecimiento de la población de más de 64 años, que lo ha hecho un 6,2%, según publica Caixa Catalunya en su último informe de coyuntura.
El dato constituye una excelente noticia porque permite que la tasa de dependencia (proporción de personas de 65 y más años sobre las productivas) se haya reducido del 25,2% en 2001, al 24% en 2006. Eso contribuye a desahogar más -junto al aumento en el número de afiliados a la Seguridad Social por la bonanza económica- el sistema público de pensiones, que muchos consideran amenazado.
Esta dinámica supone un cambio sustancial respecto a la observada en el anterior quinquenio, en que el índice de dependencia subió casi dos puntos, al pasar del 23,6% de 1996, al 25,2% de 2001. Los países más envejecidos de la Unión Europea son Italia (con una tasa de dependencia de casi el 29%), Suecia, Bélgica y Alemania, con valores superiores al 26%. En España, el índice de dependencia también es del 24%.
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