España fue el único país de la eurozona que vio reducido su nivel de productividad en la década 1996-2005, tanto si se expresa en términos de PIB por persona empleada como de PIB por hora trabajada. Ésta es la conclusión de un estudio del Banco Central Europeo (BCE) titulado «Labour Productivity Developments in the Euro Area». El estudio indica que, expresada en PIB por empleado, el deterioro de la productividad de la economía española fue de una media anual del -0,2% en el quinquenio 1996-2000 y del -0,8% en el quinquenio siguiente, 2001-2005.
Sólo otro país, Italia, ha registrado una evolución negativa de su productividad en términos absolutos, pero nada más que en el periodo 2001-2005, y en menor medida que España: -0,6% en PIB por empleado. Mientras la productividad española caía, el PIB por empleado del conjunto de países fundadores del euro (Bélgica, Alemania, Grecia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Austria, Portugal y Finlandia, además de España) crecía un 1,3% en el segundo quinquenio de los noventa y un 0,5% en el primer quinquenio de este siglo.
Aun así, el estudio del BCE considera que, en conjunto, «la evolución reciente de la productividad de la zona euro ha sido decepcionante en comparación con periodos anteriores y en comparación con los recientes resultados de la productividad en Estados Unidos». En concreto, el PIB por empleado aumentó en Estados Unidos un 1,9% en el último quinquenio estudiado, casi cuatro veces más que en la zona euro. Asimismo, la productividad por hora estadounidense creció un 2,6%, más de cuatro veces la europea.
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