Las compañías extranjeras presentes en la provincia china de Guangdong (Sur), la más pujante del país, deberán contar para finales de este año con sus propios sindicatos de empresa, según informa la prensa china.
De esta manera, señala la información, se intentará garantizar los derechos y necesidades de los empleados de la zona, muchos de ellos emigrantes de otras provincias más pobres e ignorantes de sus derechos, y asegurar que reciben sueldos dignos y trabajan en condiciones seguras.
La nueva norma, sin embargo, es también un intento del Partido Comunista (el único existente de hecho en el país) de no perder presencia en las empresas privadas, al ser paulatinamente menor la influencia de las empresas de propiedad estatal.
Con esta medida, se calcula que los sindicatos de Guangdong contarán con 1 millón de nuevos afiliados este año; el objetivo marcado para 2007 es estar presente en el 80 por ciento de las compañías con capital extranjero, aunque el porcentaje establecido para el resto de empresas privadas es menor, del 60 por ciento.
El año pasado, la cadena estadounidense de supermercados Wal-Mart se vio forzada a autorizar que sus empleados se organizaran en sindicatos en la provincia de Fujian, una medida a la que la compañía, hasta entonces, se había opuesto en el resto de países en los que está presente.
Posteriormente, la taiwanesa Foxconn, que en verano saltó a la prensa por las duras condiciones a las que sometía a sus empleados y por denunciar a los periodistas que informaron del caso, se vio obligada también a autorizar la creación de sindicatos
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