La Federación de Trabajadores Europeos del Metal (EMF en inglés) advirtió hoy a la Comisión Europea que la propuesta de imponer una media de 120 gramos de contaminación por kilómetro en los coches puede afectar al empleo del sector automovilístico.
Según comunicó esta organización internacional de trabajadores se debe poner en marcha un plan integral en el que no solo participen los fabricantes de automóviles, los proveedores y los trabajadores sino que también se apueste por una política europea de investigación y desarrollo.
En el actual debate entre la Comisión Europea y las empresas para luchar contra el recalentamiento global de la tierra se propone la reducción obligatoria de hasta 130 gramos por kilómetro en las emisiones contaminantes de cada coche.
Para ello las empresas deben aumentar el uso de biocombustibles y el desarrollo de nuevas tecnologías en el motor y en otros sectores relacionados.
Según Peter Scherrer, el secretario general de EMF, "si se marcan objetivos demasiado estrictos se podría agravar la situación para los fabricantes de automóviles, ya de por si afectada y provocar serios problemas de pérdidas de trabajo".
Sherrer cree que "aunque la legislación de la UE impone objetivos aparentemente legítimos se deben tener en cuenta los posibles riesgos de pérdida de puestos laborales, motivados por los cambios en la producción".
EMF pide una estrategia integral, en línea con las conclusiones del informe "CARS 21" que ha realizado la empresa DG y que implica a proveedores de gasolina, conductores y a las administraciones públicas.
También apuestan por una mejora en políticas de innovación y desarrollo que apuesten por mejorar el rendimiento energético y la formación del capital humano.
Los comentarios están cerrados.