La globalización y liberalización, como motor del crecimiento económico y el desarrollo de los países, no ha reducido las desigualdades y la pobreza en las últimas décadas, según un libro divulgado por la ONU.
La publicación, que lleva el título "Flat World, Big Gaps" (Un mundo plano, grandes disparidades), fue editada por Jomo Sundaram, secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico, y Jacques Baudot, economista especialista.
Su lanzamiento coincide con el aniversario de la 45 sesión de la Comisión sobre Desarrollo Social de la ONU, que revisa los objetivos de la cumbre mundial de Copenhague de 1995.
"La reducción de la desigualdad no está separada de cuestiones como la pobreza y la falta de empleo", declaró Baudot en rueda de prensa.
"La idea del libro es recuperar y situar como una prioridad en la agenda internacional el vínculo existentes entre estos indicadores", agregó.
Para Baudot, el centrar las actividades para reducir la pobreza en el crecimiento económico conducen a estrategias nacionales y regionales que no respetan el medio ambiente, que es otro factor para continuar con la desigualdad y la pobreza.
En el volumen se constata que la distribución de los ingresos individuales ha mejorado ligeramente, gracias al crecimiento económico en China e India, pero aún así el reparto de la riqueza mundial ha empeorado y los índices de pobreza se han mantenido sin cambios entre el 1980 y el 2000.
La desigualdad en la renta per capita ha aumentado en varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) durante estas dos décadas, lo que sugiere que la desregulación de los mercados ha tenido como resultado una mayor concentración del poder económico.
"La desigualdad ha aumentado entre los diferentes países, pero también dentro de las mismas sociedades, a salvo de algunas excepciones", acotó Sundaram.
El libro indica que la desigualdad económica en los países de Oriente Medio y el Norte de Africa no ha cambiado, contrario a la creencia generalizada, pero sí que ha aumentado en la mayoría de otros países en desarrollo.
De este modo, constata que la globalización y la liberalización comercial no ha ayudado a reducir la pobreza y la desigualdad en la mayoría de países de Africa.
"La creencia de que la globalización y liberalización son la clave para la reducción de la pobreza no ha sido así, y lo demuestran los datos de que todavía existe 1.000 millones de personas que viven con sólo 1 dólar al día y la mitad de la población mundial -3.000 millones- sobrevive con 2 dólares diarios", especificó Sundaram.
En el caso particular de China, se dice que ha experimentado un incremento de la desigualdad y de los niveles de desempleo, todo ello a pesar del rápido crecimiento económico y la reducción generalizada de la pobreza.
Lo mismo ocurre con India, cuyas desigualdades en el ámbito regional y dentro de la propia sociedad han aumentado desde principios de los años 80.
Las razones que dan los autores para la reducción de la pobreza en las economías de la región del este asiático son los cambios estructurales, en lugar de un crecimiento más igualitario y una redistribución progresiva.
En el libro se concluye que sólo una pequeña porción del crecimiento de la economía mundial ha contribuido en la reducción de la pobreza.
"Ha habido una tremenda liberalización financiera y se pensaba que el influjo de capital iría de los países ricos a los pobres, pero ha ocurrido lo contrario", anotó Sundaram.
Como ejemplo, citó que EEUU recibe inversiones de los países en desarrollo, concretamente en los bonos y obligaciones del Tesoro, y en otros sectores.
Para Sundaram, los conflictos también son la causa de muchas de estas desigualdades, pero recordó que las causas que lo generan son el acceso a los recursos naturales, como los diamantes, el petróleo y otros minerales.
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