El secretario general de UGT, Cándido Méndez, consideró hoy que hay que "mantener la guardia alta" para que la dirección de Ford destine otros 22 millones de euros a la planta valenciana y apruebe el acuerdo social de inversiones propuesto por el sindicato, que confió en que se consensue este año, con el objetivo de "garantizar el futuro de la empresa".
Méndez ofreció hoy una rueda de prensa en el Centro de Formación de Ford Almussafes con motivo de las elecciones sindicales que se celebrarán el próximo 15 de febrero acompañado del secretario general de MCA-UGT, Manuel Fernández López 'Lito', el secretario general de UGT-PV, Rafael Recuenco, y el secretario general de UGT en Ford, Gonzalo Pino.
Al respecto, constató que la industria del automóvil es "compleja" porque es un sector sometido a una doble competencia, tanto entre marcas como entre las factorías de las mismas marcas. De hecho, apuntó que la situación de Ford en Estados Unidos es "muy complicada" mientras que en Europa ha aumentado las ventas y es "más estable". Pero para mantener esta "estabilidad", subrayó, "hay que mantener la guardia alta, vigilar y aportar iniciativas como el documento de trabajo propuesto por UGT.
Así, explicó que el sindicato solicita que la dirección dé garantías de un volumen mínimo de 400.000 unidades de vehículos y 650.000 unidades anuales de motores de gasolina en tres turnos para los próximos siete años; inversiones para modernizar las instalaciones por razones ergonómicas, de productividad y competitividad, así como rejuvenecer la plantilla mediante jubilaciones parciales y contratos de relevos que posteriormente se conviertan en fijos. Del mismo modo, apostó por colaborar con las Administraciones públicas para que aporten recursos para la I+D+i.
A este respecto, Pino concretó que la inversión actual asciende a 24 millones de euros, de los que 20 son para adaptar las emisiones de la planta de pintura y robotizarla para ser más competitivos, a los que se den sumar otros 22 millones, de los que la mitad deben destinarse a la planta de montaje.
Así, señaló que cuando se deje de fabricar el K y el actual Fiesta a finales de 2008 y el Mazda los próximos meses de junio o julio la producción será "menos compleja" y, por tanto, "aumentará el nivel de productividad" al centrarse en la fabricación del Focus y del nuevo Fiesta o el nuevo producto que se les asigne. "Esta reducción de modelos nos hará ser más productivos y por encima de todas las plantas de Europa", señaló. No obstante, incidió en que se soporta una "situación de incertidumbre" que sólo se superará con la firma del acuerdo social ya que dará "garantías de futuro suficiente".
Asimismo, destacó que se mantiene una "relación fluida" con los otros sindicatos presentes en el Comité Europeo de Ford con los que se intenta compartir información y negociar de forma conjunta las cuestiones que afectan a todas las plantas aunque, dijo, "luego cada país intenta mejorar su situación concreta".
Pino opinó que la apertura de una planta en Rumania no perjudicará a la valenciana ya que además de "añadir más potencial" en Europa, donde se precisa pasar de las 1.600.000 unidades a las 2 millones, al ser una factoría de "bajo coste" permitirá mantener los niveles de la alemana o de la de Almussafes.
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