El Proyecto Contrata, pionero en España, valora a empresas que participan voluntariamente y que disponen de un gran volumen de trabajadores que son inmigrantes
La iniciativa se desarrolla en Canarias, Huelva, Murcia y Burgos.
Con el lema 'Acceso justo al mercado laboral', la Red Acoge es la entidad promueve esta experiencia pionera en España. Se trata de la creación de un sello que identificará productos y servicios de empresas que realizan buenas prácticas al contratar personas inmigrantes.
De momento el Proyecto Contrata está evaluando la labor empresas de Huelva especializadas en la fresa, varias que trabajan con el tomate en Murcia, negocios de Burgos que elaboran vino y cooperativas de Canarias dedicadas al tomate.
El objetivo es “premiar a los empresarios sensibilizados y que su experiencia sirva de modelo y ejemplo para otros”, explica Livia Álvarez, responsable del proyecto. Además anuncia que, probablemente, a finales de febrero se conocerá el nombre de las primeras empresas a las que se les concede el sello.
La iniciativa está financiada por la Dirección General de Integración de Inmigrantes y el Fondo Social Europeo. Red Acoge busca más financiadores para poder ampliarlo a otras provincias y empresas.
Márketing con causa
De momento, el proyecto se ha centrado en el sector agrícola porque “depende mucho de los inmigrantes y la regularización”. Los técnicos del proyecto recogen datos de los empresarios y los empleados y los analizan en colaboración con una empresa especializada.
"Estas empresas son conscientes de que si no fuera por la mano de obra de los inmigrantes no podrían sacar adelante sus productos"
Álvarez destaca que, aunque aún no tienen el veredicto final, durante las evaluaciones se han percibido muy buenas prácticas, como el caso de una empresa que dispone de traductores. “Estas empresas son conscientes de que si no fuera por la mano de obra de los inmigrantes no podrían sacar adelante sus productos”, destaca.
Clara Suárez-Llanos es la responsable del proyecto en Las Palmas, donde el proyecto afronta un gran volumen de trabajo: las dos cooperativas tomateras que están analizando aglutinan una veintena de empresas cada una.
Suárez-Llanos advierte de que la intención del proyecto es premiar, no denunciar: “Queremos que los empresarios se interesen por conseguir el sello porque eso proporciona un buen nombre de cara a su responsabilidad social. Queremos que quieran destacar en esas prácticas”.
La participación de empresas en la iniciativa es totalmente voluntaria y anónima. Sólo se conocerán los nombres de las empresas premiadas.
Sensibilización de los consumidores
Uno de los aspectos clave del proyecto es la sensibilización de los consumidores. Livia Álvarez confiesa que es quizá el punto más arduo “porque es difícil llegar a ellos”. Ya se han iniciado campañas de difusión de la etiqueta a nivel local y está previsto retomarlas durante este año.
Álvarez entiende que las iniciativas de buenas prácticas para empresas aportan una información valiosa para que los consumidores y las consumidoras elijan productos de empresas que son responsables y éticas.
En su opinión, el poder del consumidor es una forma de participación ciudadana que puede contribuir a cambiar situaciones injustas: “Yo como consumidora quiero ser capaz de votar por una empresa. Al comprar, con tu acción evalúas, valoras y votas. Apoyas a una empresa con buenas prácticas o no”.
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