Los españoles son los ciudadanos europeos a los que más preocupa el terrorismo y la inmigración, según los datos del último Eurobarómetro publicado hoy por la Comisión Europea en el que se pone de relive que el desempleo, el coste de la vida y el futuro de las pensiones son, por este orden, los tres principales motivos de inquietud en el conjunto de la UE. Por países, donde más preocupados están por el paro es en Grecia, Polonia y Portugal, y donde menos en Dinamarca y Países Bajos.
En cuanto al coste de la vida, son los chipriotas, húngaros, portugueses y rumanos, los que más se quejan. En el lado opuesto, se situan daneses y suecos, que son quienes mayoritariamente declaran que este asunto no es para ellos ningún problema. Mientras, el futuro de las pensiones es el caballo de batalla en Alemania, donde el 43% de los encuestados lo menciona en primer lugar cuando se les pregunta por los temas que les preocupan.
En el caso de España, sin embargo, la percepción de los problemas es distinta. Si el 25% de los europeos menciona el terrorismo como motivo de preocupación, este porcentaje llega al 42% en el caso de los españoles, que lo situan en primer lugar. La inquietud de la opinión pública española por el terrorismo es compartida por Dinamarca (42%) y Reino Unido (34%).
A los españoles también les afecta el coste de la vida y de la inmigración, mencionado en tercer lugar por el 33% de los encuestados. La inmigración se percibe también con cierto recelo en Italia, Malta y Austria. En el conjunto de la UE, este asunto preocupa al 14% de los entrevistados.
Por otro lado, un número nada desdeñable de ciudadanos europeos -uno de cada cuatro- considera que corre el riesgo de caer en la pobreza y el 62% de los europeos cree que cualquiera puede llegar a ser pobre, especialmente si no se tiene trabajo. El sondeo que lleva por título 'Realidad Social Europea' revela, en todo caso, notables diferencias por países.
Por ejemplo, los ciudadanos de Hungría y los tres Estados bálticos son los que menos felices dicen ser y los que más preocupados están por sus condiciones de vida diarias, el coste de la vida y sus sistemas de salud.
En la otra cara de la moneda, los países con altos niveles de vida, como Dinamarca, Países Bajos o Suecia, cuestiones como el paro se ven con menos desasosiego y la gente se muestra más implicada en cosas que no les afectan directamente, como el medio ambiente, que es lo que más mencionan los suecos, por ejemplo, muy preocupados por el futuro de la próxima generación
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