Efectos colaterales. Nada tiene que ver. Y, a la vez, todo. En tan sólo cuatro días, los dueños de Seat han pasado de enarbolar la bandera de la inversión en España (5.000 millones en 10 años) a hacer mutis por el foro. La compañía automovilística Seat, filial del Grupo Volkswagen, anunció ayer “un paquete de medidas a corto plazo para garantizar” la continuidad de la marca española. Entre estas medidas se incluiría la reducción de hasta el 10% de la plantilla para, posteriormente, comenzar la producción de un nuevo coche en la planta de Martorell (Barcelona).
El anuncio llega apenas cuatro días después de que la plana mayor del Gobierno pusiese la primera piedra del futuro Centro de Diseño de Seat en Martorell. Allí, para cargar con la primera losa del complejo y dar su respaldo a la marca española, se dieron cita el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el president de la Generalitat, José Montilla, el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Joan Clos, y por parte alemana, Eric Schmitt, presidente de Seat.
Schmitt expuso a Zapatero “sus planes para el desarrollo de nuevos modelos, sus objetivos de internacionalización de la marca, así como sus objetivos comerciales. Asimismo explicó que SEAT planea realizar una serie de inversiones en España que ascenderán a casi 5.000 millones de euros”, según un comunicado de la empresa.
Todo esto sucedía el jueves 1 de marzo, apenas 48 horas después de la entrada de la italiana Enel en el capital de la española Endesa. Una operación que daba en la línea directa de flotación de la OPA alemana de E.ON y que no ha sentado nada bien en Berlín. Sobre todo, después de conocerse la reunión entre Clos y Fulvio Conti, el consejero delegado de Enel.
Así las cosas, ayer, cuatro días después de la operación italiana, el grupo alemán planteó a los sindicatos de Martorell una reducción de plantilla de hasta el 10%, según informó Reuters. Seat cuenta con unos 13.000 empleados en activo en su planta en Martorell. El grupo alemán se limitó a un comunicado de buenas intenciones sin referencia a las inversiones que si existían una semana antes.
El poder alemán en España
Volkswagen, Seat y los sindicatos de Martorell entran ahora en fase de negociaciones para aprobar el nuevo plan. Su situación es sólo un reflejo del poder económico alemán en España y la consiguiente exposición de la industria local a las decisiones que se toman en territorio teutón. Además, el nuevo plan llega dos días antes de que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero se vean las caras en la cumbre de líderes europeos que se celebra entre el jueves y el viernes en Bruselas. En ese marco se verán a solas. En principio, el encuentro iba a estar centrado en cuestiones energéticas (Endesa-Enel-E.ON), aunque ahora la cuestión automovilística saldrá a la palestra.
El poder económico alemán en España emerge no sólo por la presencia de numerosas multinacionales alemanas (Volkswagen, Bayer…) en la península ibérica, sino también a la luz de las cifras macroeconómicas. Según datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex), el ‘stock’ de inversión alemana en España en 2004 era de 17.433 millones de euros; el número de empresas germanas invirtiendo en España fue de 1.037, once menos que en 2003. Por su parte la inversión española en Alemania era de 6.131 millones de euros en el mismo año, un 57% más que en 2003. Por su parte, el déficit comercial (exportaciones menos importaciones) con Alemania se elevó en 2006 hasta los 18.442 millones de euros. Merkel y Zapatero tendrán a partir de este jueves varios temas de conversación en su reunión bilateral: la problemática OPA de 40.000 millones de E.ON sobre Endesa, los problemas de Seat en Martorell…
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