Son capaces de hacer más de una cosa al mismo tiempo y tienen más facilidad para negociar
Los padres implicados familiarmente desarrollan más fácilmente ciertas actitudes ejecutivas, según un estudio llevado a cabo por investigadores de Clark University y del Center for Creative Leadership, en Greensbor. La convivencia y el compromiso con los hijos nos hace, según los responsables del estudio, reducir el estrés laboral, mejorar la capacidad de entender el punto de vista de los demás o hacer más de una cosa al mismo tiempo. Además, la implicación familiar da como resultado un mayor bienestar vital que después repercute en el ambiente laboral.
El trabajo consistió en entrevistar a 347 jefes y ejecutivos, la mayoría de ellos de grandes empresas, respecto a su vida familiar. Después, hablaron con los compañeros de oficina (jefes y subordinados) de los entrevistados, que opinaban sobre su labor. De los 347 encuestados, 221 eran padres y casi todos (en concreto un 91%) estaban casados.
Aquellos implicados plenamente en la vida familiar, tenían una mejor opinión de sus compañeros respecto a su profesionalidad. Según los responsables del estudio, la razón es que los padres de familia pueden hacer más de una cosa al mismo tiempo, gestionan mejor el estrés y negocian mejor.
El estudio, publicado este mes en la revista Journal of Applied Psychology, contradice la idea convencional de que los padres se distraen fácilmente con sus responsabilidades familiares, en particular con sus hijos, y pierden eficacia.
De hecho, hay cientos de estudios que parecen demostrar que la vida personal y profesional están en continuo conflicto, especialmente cuando se trata de mujeres con niños pequeños.
Plenitud vital
“Basándonos en estudios previos, teníamos la esperanza de que estas encuestas confirmaran que una implicación familiar da como resultado sentirse mejor en otros aspectos vitales. Ahora bien, lo novedoso es que muestra por primera vez que los padres implicados pueden mejorar en su trabajo”, comenta Marian Ruderman, co-autora del estudio y directora de investigación del prestigioso Center for Creative Leadership, en un comunicado hecho público por este centro.
Asimismo, la finalidad del estudio era determinar cómo el compromiso matrimonial y con los hijos afecta al nivel de satisfacción vital y laboral. Además, sus responsables querían comprobar si dicho compromiso reducía la dedicación al trabajo o, por el contrario, mejoraba las habilidades de gestión.
Menos estrés
Ser capaces de dirigir las demandas de nuestros hijos y gestionar el hogar, posibilita enfrentarse mejor al estrés en el trabajo, en lugar de acrecentarlo. “La experiencia familiar proporciona jefes con sentimientos positivos que trasladan a su trabajo, haciendo éste mucho más sencillo”, dice otra de sus autoras, Laura Graves, de la Clark University.
El estudio también asegura que la experiencia familiar permite a los jefes desarrollar su capacidad de tener en cuenta el punto de vista de los demás, una capacidad crítica a la hora de supervisar, trabajar en equipo o reportar con un estamento superior.
“Mientras ejercemos como padres, tenemos la oportunidad de hacer muchas cosas que después tenemos que hacer también un nuestro trabajo, afirma Ruderman. “Tenemos que mejorar nuestras destrezas interpersonales. Es otra oportunidad para aprender de nuestras experiencias”, puntualiza.
Muchas empresas gestionan sus recursos humanos en esta línea y ayudan a sus empleados a compatibilizar su vida laboral con su vida familiar. Un buen ejemplo de esto son Ernst &Young o Johnson & Johnson, que ofrecen horarios flexibles y servicio de guardería.
Sacrificios
No quiere decir que simplemente con tener un hijo vayamos a ser mejores jefes, pero sí que ayuda. Para medir el nivel de implicación de los entrevistados, los autores del estudio les plantearon preguntas respecto a si serían capaces de pasar más tiempo con sus hijos o respecto a si sacrificarían otras metas para atender mejor a su familia. Aquellos que sí que estaban dispuestos a hacer esos “sacrificios”, sacaban después mejor puntuación en las entrevistas hechas a sus compañeros de trabajo.
Entre los encuestados también había padres solteros. En este caso, la valoración de compañeros no variaba respecto a la de aquellos que sí que estaban casados. “Aunque aquellos que tenían una relación de pareja feliz mostraban una mayor plenitud en sus vidas y en sus trabajos, las respuestas de sus compañeros no eran significativamente mejores respecto a la de los padres solteros. El matrimonio o la vida en pareja es un apoyo, pero no hace aumentar nuestras actitudes para dirigir, es nuestro compromiso con los hijos lo que realmente más repercute”, afirma Graves.
Los comentarios están cerrados.